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Una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó Donald Trump al asumir su segundo mandato en la presidencia de Estados Unidos exige el regreso a tiempo completo al trabajo presencial -al menos cuatro días a la semana- para los empleados del gobierno.

Según detalla CNN Internacional, el decreto firmado por el republicano establece que “los jefes de todos los departamentos y agencias del poder ejecutivo del Gobierno deberán, tan pronto como sea posible, tomar todas las medidas necesarias para poner fin a los acuerdos de trabajo a distancia”.

A su vez, agrega, deberán “exigir a los empleados que vuelvan a trabajar en persona en sus respectivos lugares de destino a tiempo completo, siempre que los jefes de departamento y agencia hagan las exenciones que consideren necesarias”.

De acuerdo a un informe de la Oficina de Gestión de Personal de EE.UU, en el año fiscal 2023, el 43% de los trabajadores federales civiles teletrabajaban de forma “rutinaria o situacional”.

La misión de recortar el gasto gubernamental estará a cargo del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus sigles en inglés), dirigido por Elon Musk.

El magnate de origen sudafricano ya había celebrado anteriormente la decisión de Trump de ordenar que los empleados gubernamentales regresen al trabajo presencial.

“Exigir que los empleados federales vengan a la oficina cinco días a la semana resultaría en una ola de despidos voluntarios que acogemos con satisfacción”, escribió Musk -junto a Vivek Ramaswamy- en una columna publicada en The Wall Street Journal.

No obstante, CNN Internacional añade que la implementación de esta medida podría ser más compleja de lo previsto, tanto por razones prácticas como también financieras.

Mika Cross, experto en oficinas gubernamentales, explicó que la orden ejecutiva exige que todos los departamentos y agencias del Ejecutivo terminen con los acuerdos de trabajo a distancia y exijan a los empleados que regresen a sus puestos de trabajo.

El problema, añade Cross, es que “por definición, el lugar de trabajo oficial (de quienes trabajan a distancia) es su oficina en casa. Por lo tanto, no tienen oficinas a las que volver”.

Considerando que los trabajadores “remotos” están repartidos por todo EE.UU, los organismos a cargo tendrían que hallar una oficina cercana para que se presenten, o exigirles que se trasladen para estar cerca de una, lo que aumentaría los costos federales.

En tanto, si un empleado totalmente remoto tuviera que desplazarse a una nueva oficina, eventualmente podría optar a subvenciones de transporte. Incluso, si la oficina está a más de 80 kilómetros de su hogar, hasta podría recibir un pago para gastos de transporte, alojamiento o viáticos.

Otro detalle a considerar es que si un trabajador se ve en la obligación de tener que mudarse a una zona con un costo de vida más alto, tendrían que ajustar su sueldo.

Benjamine Huffman, secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), dijo que en 2024 el 28,9% del total de horas trabajadas por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y el 24,4% de horas trabajadas por el personal de la Guardia Costera se realizaron de forma remota.

“Estas cifras son inaceptables”, advirtió Huffman, según consigna el medio norteamericano ABC News. “La política de esta agencia es que los empleados trabajen en su lugar de trabajo, ya sea en una oficina o en el campo, al máximo”, añadió.

Si bien reconoció que el teletrabajo “puede ser una herramienta importante en las circunstancias adecuadas”, remarcó que esta modalidad puede ser mal utilizada por algunos empleados.