Dos nuevos tiroteos han remecido durante la última semana a Estados Unidos, país en donde el control de armas de uso doméstico, y especialmente las automáticas, se ha convertido en un problema político irresoluble.
La mañana del lunes una estudiante de sólo 15 años abrió fuego en el Abundant Life, un colegio cristiano privado en Madison, Wisconsin, matando a un adolescente y un profesor. Tras el acto, la menor cometió suicidio.
Satya Rhodes-Conway, la alcaldesa de la ciudad, llamó a “hacer mejor las cosas en el país y en la sociedad para evitar la violencia armada”, poniendo a disposición del público un teléfono de atención a la salud mental.
Por su parte, Shon Barnes, jefe de la policía de la ciudad, dijo que al llegar al establecimiento poco antes de las 11:00 hora local (14:00 hora de Chile), hallaron a “múltiples víctimas heridas por arma de fuego”.
En tanto, la noche del martes se reportó un muerto y al menos nueve heridos en otro confuso tiroteo en la localidad estadounidense de Towson, en el condado de Baltimore.
Los funcionarios del Departamento de Policía de la ciudad acudieron al área de Loch Raven Boulevard, en Towson, tras recibir múltiples llamadas de vecinos que alertaban de un incidente armado en la zona.
“Cuando llegaron los oficiales, encontraron un vehículo volcado y en llamas”, dijo el jefe de policía del condado de Baltimore, Robert McCullough. “Se descubrieron múltiples víctimas y se alertó al departamento de bomberos para que brindara asistencia”, agregó.
Ambos hechos ponen nuevamente en la palestra el tema del acceso a armamento de diferente calibre en un país cuya Constitución, en su Segunda Enmienda, consagra el derecho a portar armas.
De acuerdo a datos de The Gun Violence Archive, durante este 2024 han muerto 16.088 personas por arma de fuego. De esta cifra, 1.367 corresponde a muertes “no intencionadas” mientras que 643 han sido suicidios.
Dentro de estos números, otro dato que llama la atención tiene relación con la cantidad de tiroteos masivos que se han reportado, 491, los que corresponden a ataques en los que una persona armada mata a al menos cuatro víctimas.
Lo ocurrido en el Abundant Life Christian School en Madison, Wisconsin, es el tiroteo escolar número 83 de lo que va de año, superando así al 2023, en donde se reportaron 82 ataques de este tipo, según CNN.
Del total, 56 se han registrado en campus de K-12, es decir, cuyo sistema educativo abarca desde el jardín de infantes hasta el final de la secundaria. Por su parte, 27 de ellos se reportaron en campus universitarios y de colegios.
El tiroteo más mortífero del año ocurrió en septiembre en Apalachee High School, Georgia, donde un estudiante de 14 años, identificado como Colt Gray, abrió fuego, matando a dos profesores y dos compañeros, e hiriendo a otras nueve personas.
Gray quedó arrestado y se encuentra en el Centro Regional de Detención Juvenil de Gainesville (RYDC, según sus siglas en inglés), bajo la custodia de las autoridades. El juez a cargo dijo que sería juzgado como un adulto aunque, al ser menor de edad, no arriesgaría la pena de muerte. Eso sí, podría recibir cadena perpetua.
Biden llama al Congreso a “actuar”
Con este tipo de eventos trágicos que continúan ocurriendo, el país enfrenta un desafío significativo relacionado con la seguridad escolar y el control de armas.
Por lo mismo, el lunes pasado el presidente Joe Biden instó al Congreso a “actuar” tras el tiroteo ocurrido en Wisconsin. “Necesitamos que el Congreso actúe. Ahora”, señaló en un comunicado.
A su vez, el mandatario llamó al Legislativo a “aprobar leyes sensatas de seguridad armamentística”, calificando este nuevo tiroteo en un centro educativo como “algo impactante e inaceptable”.
“Desde Newtown hasta Uvalde, Parkland hasta Madison y tantos otros tiroteos que no reciben atención, es inaceptable que no podamos proteger a nuestros niños de esta plaga de violencia armada”, apuntó.
“No podemos seguir aceptándolo como algo normal. Cada niño merece sentirse seguro en su aula. Los estudiantes en todo nuestro país deberían estar aprendiendo a leer y escribir, no tener que aprender a agacharse y cubrirse”, puntualizó.
Biden además aseguró ser el presidente nortamericano que “más medidas ejecutivas ha tomado”, recordando que durante su gestión creó la primera Oficina de Prevención de la Violencia Armada en la Casa Blanca.
“Pero se necesita más. El Congreso debe aprobar leyes de sentido común sobre seguridad de armas: verificación de antecedentes universal, una ley nacional de bandera roja, prohibición de armas de asalto y cargadores de alta capacidad”, cerró.
Tendencia al alza
Tal como apunta EFE, los tiroteos masivos no han dejado de aumentar desde 2013, cuando The Gun Violence Archive inició sus recuentos anuales.
Y es que si bien en 2014 no se registraban con una frecuencia diaria (0,75 al día), paulatinamente han ido aumentando año a año hasta acercarse a los 2 por día en 2023 (1,8).
En ese contexto, desde la clase política no han podido llegar a un acuerdo para frenar esta tendencia al alza. Mientras el Partido Republicano considera la tenencia de armas como un derecho intocable, los demócratas apenas han hecho intentos de regularlo cuando han estado en el poder.
Cabe señalar que desde la organización detallan que de los más de 2.000 tiroteos masivos registrados desde 2013, y en los que se conoce al asesino, menos de 60 fueron perpetrados por una mujer.