Un extrabajador de la empresa de Inteligencia Artificial (AI) OpenAI que expuso públicamente su preocupación sobre posibles violaciones de los derechos de autor, fue hallado muerto hace unas semanas en su apartamento en San Francisco, informaron este viernes distintos medios internacionales.
Fue el pasado 26 de noviembre cuando la Policía local encontró muerto al investigador de 26 años, Suchir Balaji, tras recibir una llamada para comprobar si estaba bien, consignó BBC. La Oficina del forense determinó posteriormente que cometió suicidio.
Balaji dio una entrevista a The New York Times en octubre en la que acusaba a OpenAI, donde trabajó casi 4 años, de violar las leyes de derechos de autor estadounidenses al usar contenidos protegidos para entrenar aplicaciones como el chatbot ChatGPT, y de perjudicar generalmente a internet.
En su cuenta de X ese mes, Balaji dijo que trabajó un año y medio en ChatGPT y que, tras interesarse por las demandas que estaban recibiendo las empresas que desarrollan IA generativa, concluyó que esos productos “pueden crear sustitutos que compiten con los datos con los que se entrenan”.
“Trabajé en OpenAI durante casi 4 años y trabajé en ChatGPT durante los últimos 1,5 años. Al principio no sabía mucho sobre derechos de autor, uso justo, etc., pero me entró la curiosidad después de ver todas las demandas presentadas contra las empresas de GenAI”, argumentó.
“Cuando traté de entender mejor el tema, finalmente llegué a la conclusión de que el uso justo parece una defensa bastante improbable para muchos productos de IA generativa, por la razón básica de que pueden crear sustitutos que compiten con los datos con los que están entrenados”, añadió en X.
A raíz de esta noticia, un portavoz de OpenAI reaccionó a los acontecimientos en una declaración que compartió al medio especializado TechCrunch, al que indicaron que “estamos devastados al enterarnos de esta noticia increíblemente triste hoy y nuestros corazones están con los allegados de Suchir en estos momentos difíciles”.
Cabe destacar que OpenAI y su socia, la gigante Microsoft, afrontan varias demandas de medios y publicaciones, entre ellas el propio New York Times, por violación de derechos de autor.