Agencia EFE

Evasiva, contra el tiempo y sin convencer al demócrata moderado: las claves tras la derrota de Harris

06 noviembre 2024 | 17:08

La derrota de Kamala Harris en los comicios del martes caló hondo en el Partido Demócrata, no sólo por las esperanzas que habían depositado en la actual vicepresidenta sino que por la holgura con la que Trump se alzó como ganador, especialmente en los estados clave.

La abogada de 60 años tomó la posta en julio luego que el actual presidente, Joe Biden, decidiera bajar su candidatura tras un desastroso debate televisado.

Y aunque Harris tuvo un buen desempeño en el único “cara a cara” que tuvo contra Trump en septiembre, lo cierto es que no logró canalizar esa performance en el electorado.

En conversación con BioBioChile, Roberto Munita, analista político y académico de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes, señaló que Harris se enfocó demasiado en el “discurso más progresista” dentro del mundo demócrata.

“Hay que entender que ambos partidos, el Partido Republicano y el Partido Demócrata, son algo así como mega partidos, con coaliciones que tienen distintos micropartidos dentro. Y al interior del Partido Demócrata hay un ala fuerte que es bastante moderada y que no está de acuerdo con muchas de las políticas más woke, o más progresistas, y que son las que avala Harris. De hecho, el mismo Biden era mucho más moderado”, indicó.

“Entonces, las primeras estadísticas que tenemos nos dicen que hubo mucho elector demócrata que se quedó en la casa, que no fue a votar y eso representaría que de alguna forma estos votantes demócratas más moderados sintieron que no había lugar para ellos, con un Trump muy republicano y muy de derecha, y con Kamala que representa una izquierda mucho más progresista”, sostuvo.

Respecto a la buena imagen que Kamala dejó en el debate de septiembre, la que finalmente no se reflejó en las votaciones, Munita, master en Political Management del George Washington University, mencionó: “algo que sabemos por la literatura de comunicación política es que los debates sirven para muchas cosas, pero para lo que no sirven tanto es para modificar votos. De hecho, es mucho más probable perder un elector que ganar uno en un debate”.

“Los debates sirven para un montón de cosas, ponen temas en la agenda, permiten cultivar la importancia de las elecciones y también permiten conseguir algunos votos de indecisos pero la gran mayoría de la gente que ve los debates ya tiene decidido su voto”, aseveró.

“Aparte, hay que pensar que lo que hizo Harris en el debate fue una prueba tipo servicio militar, para poder demostrar que ella sí estaba a la altura de una competencia presidencial, que sí estaba a la altura de llegar a la Casa Blanca, y eso yo creo que lo demostró con creces”, dijo.

“Pero al parecer, por los antecedentes que tenemos y por la votación, no convenció a muchos independientes o a mucha gente indecisa como para votar por ella”, enfatizó.

En tanto, Gilberto Aranda, académico de Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, planteó que “lo que las encuestas no sopesaron de alguna manera era el tamaño de los adherentes, simpatizantes y votantes de Trump. Ocurrió que nuevamente subestimaron al candidato Trump. Lo subestimaron en 2016, en 2020 y también ahora”.

A la hora de encontrar errores que Harris pudo haber cometido en su campaña, Aranda sostiene: “Sí los hubo aunque hay que separar. Hay un error de la tienda demócrata, que yo creo que sería injusto adosarlo exclusivamente a Harris, pero también hay temas donde yo creo que ella tiene una responsabilidad en el resultado”.

“En cuanto a lo primero, si el Partido Demócrata tenía dudas sobre la candidatura de Biden, debió haber despejado esa opción a favor de Kamala mucho antes. Lo hizo en julio, fue un tiempo muy abreviado”, precisó.

“Lo otro que podría haber hecho para evitar lo que ocurrió es haber seguido con el candidato Biden y haberse concentrado en las legislativas que también perdió. Entonces, todo el proceso fue muy abrupto y dio muy poco tiempo para armar una campaña”, añadió.

“Y eso pareció que podría haberse cambiado, sobre todo porque la campaña de Kamala en julio, y sobre todo agosto, fue fulgurante. Después en septiembre se entró en una meseta y en octubre Trump ya empezó a ganar y recuperar espacios, además de mostrarse mucho más empinado en las encuestas”, dijo.

Sin embargo, agregó, la vicepresidenta también cometió desaciertos. “Yo mencionaría dos. Primero, no habló diariamente con la prensa. Se concentró en mítines y se concentró en algunos diálogos. Ya que era la candidata sorpresiva y reciente, y si estaba frente a un candidato que todo lo hace vía monólogo, y especialmente a que Trump se negó a un segundo debate con ella, no debió haber escamoteado la relación con la prensa en forma diaria”, esgrimió.

“Yo no estoy diciendo que no se encontró con la prensa, claro que se encontró, pero eso tendría que haber sido diariamente, haber sido mucho más directa. Yo sé que es muy difícil desapegarse de la figura de tu antecesor, porque puede ser leído por algunos como traición, pero ella tendría que haber sido más directa para responder algunas preguntas y no ser tan evasiva”, expresó.

“Y tal vez lo más importante, ella cayó en la trampa de la polarización que le tendió Trump. Es evidente que Trump es el candidato políticamente incorrecto, que dice todo lo que se le viene a la cabeza, sin filtros, que a veces llega a ser incluso soez, como fue con el golfista (en octubre Trump causó revuelo al hablar de la anatomía del fallecido golfista Arnold Palmer). Y él descalifica, a Kamala la trató de tonta, de muchas cosas, pero ella debió haber mantenido siempre su diferencia discursiva”, señaló.

“Y ella, no siempre, en algún momento entró también en la descalificación, en hablar del fascismo, de compararlo con el gobierno de Trump o de referirse a Hitler, etc. A lo mejor eran cosas que tal vez no las dijo la misma candidata, pero se sacaron a propósito en los mitines lo que decían los generales o los exministros de Trump, y eso fue muy insultante incluso para gente indecisa que finalmente terminó votando por Trump”, detalló.

“La polaridad le resulta a Trump, eso está claro, pero su adversaria debió haberse mantenido en otro tono, en un tema más de unidad. Y aunque en general eso primó, hubo momentos en que no fue así. Yo creo que eso le costó caro al final”, concluyó.