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Estados Unidos impuso nuevas sanciones contra la industria petrolera de Irán en respuesta al ataque contra Israel del 1 de octubre, afectando a empresas y buques vinculados al transporte de petróleo y materiales petroquímicos iraníes. Las medidas también involucran a empresas chinas, emiratíes y liberianas, así como a propietarios de buques en Panamá, Malasia y las Islas Marshall. Además, se congelarán los activos que las empresas sancionadas poseen en EE.UU.

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Estados Unidos anunció este viernes una serie de nuevas sanciones contra la industria petrolera de Irán “en respuesta al ataque del 1 de octubre contra Israel”, afirmó el Departamento del Tesoro a través de un comunicado.

Las sanciones afectan a todo el sector, así como a una veintena de buques y empresas con sede en el extranjero, todos ellos acusados de estar implicados en el transporte de petróleo y materiales petroquímicos iraníes.

Las empresas afectadas tienen su sede principalmente en China, pero también están comprendidas dos emiratíes y una liberiana. Los propietarios de los buques, instalados fundamentalmente en Panamá, Malasia y las Islas Marshall, también están en el punto de mira.

El anuncio “fue coordinado con aliados y socios, de los cuales varios anunciarán en los próximos días sus propias medidas para hacer que Irán responda por sus ataques”, dijo el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.

EEUU busca presionar a la economía de Irán

Según el Departamento del Tesoro, con esta medida buscan aumentar la presión financiera sobre Teherán y “limitar la capacidad del régimen para obtener los ingresos necesarios para desestabilizar la región y atacar a los socios de Estados Unidos”.

“Las sanciones de hoy van dirigidas contra los esfuerzos de Irán por destinar los ingresos generados por su industria energética a financiar actividades mortíferas y perturbadoras, con graves consecuencias para la región y el mundo”, declaró la Secretaria del Tesoro Janet Yellen, citada en el comunicado.

Las medidas implican el congelamiento de los activos que las empresas sancionadas poseen directa o indirectamente en Estados Unidos, y prohíben a las compañías con sede en Estados Unidos o a los ciudadanos estadounidenses comerciar con ellas, a riesgo de ser sancionadas a su vez.

También complican el comercio para las empresas sancionadas, al limitar su capacidad de utilizar el dólar en sus transacciones.