Pensilvania se ha erigido como el mayor desafío para la vicepresidenta Kamala Harris en su carrera hacia la Casa Blanca. Aunque ha conseguido reavivar el entusiasmo de votantes hispanos y afroamericanos, debe persuadir a la clase trabajadora blanca de este estado clave para asegurar la victoria.
Dada la relevancia de Pensilvania, el estado ocupa un lugar destacado en la Convención Nacional Demócrata que se celebra esta semana en Chicago, donde Harris dará un discurso el jueves para aceptar formalmente la nominación como candidata demócrata para las elecciones de noviembre.
A Chicago han acudido las grandes estrellas demócratas, incluido el que será el mejor embajador de Harris en Pensilvania: el gobernador de ese estado, Josh Shapiro, quien ha experimentado un ascenso meteórico desde que asumió el cargo en 2023, forjándose una imagen de líder carismático que le ha permitido ganar en condados rurales y conservadores.
“Pensilvania es el estado indeciso principal de estas elecciones”, manifestó Shapiro preguntado por EFE durante un evento al margen de la convención demócrata y en el que el gobernador actuaba como una estrella de cine, accediendo a hacerse fotos con cada uno de los asistentes.
Y es que Shapiro, de 51 años, no esconde que tiene ambición política. Sin embargo, cuando un periodista le preguntó si le pesaba no tener un papel más destacado en la convención, como aspirante vicepresidencial, el político se rio y procedió a elogiar al gobernador de Minesota Tim Walz, que fue elegido en su lugar.
Walz fue seleccionado como compañero de fórmula para Harris por su potencial para atraer a votantes blancos de clase trabajadora en otros dos estados clave, Wisconsin y Míchigan.
Junto a Pensilvania, esos estados conforman el “muro azul” en el que los demócratas han conseguido importantes victorias en las últimas tres décadas, pero donde Trump ha hecho avances.
En ese escenario electoral, Walz desempeñará un papel clave para asegurar el apoyo en Wisconsin y Míchigan, mientras que Shapiro tendrá como misión conquistar Pensilvania.
“Voy a hacer todo lo que esté en mi poder político para asegurar que Kamala Harris y Tim Walz ganen esta elección. La carrera está efectivamente empatada ahora mismo. Pensilvania es difícil, pero se puede hacer”, afirmó Shapiro.
Muestra de la importancia del estado, quizás el más importante de las elecciones, es que justo antes de la convención demócrata en Chicago, Harris y Walz hicieron junto a sus cónyuges un recorrido en autobús por el oeste de Pensilvania, zona rural del estado, con paradas incluso en condados como Beaver, que votó por Trump en las últimas elecciones.
En esa zona del estado vive Debbie Ciamacca, una de las delegadas del estado de Pensilvania que ha acudido a la convención para declarar oficialmente a Harris como candidata y que, sobre el terreno, está trabajando activamente para captar el voto para la vicepresidenta.
“Harris y Walz estuvieron justo en la zona donde vivo y eso es muy importante”, dijo a EFE Ciamacca.
Ella misma es una importante activista política de la zona y justo hace una semana tuvo un evento en su casa con mujeres demócratas para recaudar fondos para la campaña de Harris y organizarse para ir llamando puerta a puerta y hablar con los vecinos sobre las propuestas demócratas.
“A veces no abren la puerta”, reconoce, ya que es una zona muy conservadora; pero Ciamacca explica que les dejan material en la puerta para que sepan que estuvieron allí y quieren conversar sobre las propuestas demócratas.
Por su parte, Trump también está haciendo todo lo posible para ganar votos en Pensilvania. Su campaña tiene una importante operación política con líderes comunitarios pidiendo el voto para el republicano y grandes eventos con Trump que llenan estadios.
Justo el lunes, el expresidente hizo campaña en la ciudad de York, en el sur de Pensilvania, su primera parada en una maratón de eventos de campaña en estados clave con la que pretende contraprogramar la Convención Demócrata en Chicago.
En 2016, Trump logró conquistar Pensilvania junto a Wisconsin y Míchigan; pero el presidente estadounidense, Joe Biden, devolvió esos estados al campo demócrata en 2020.
Según la última encuesta, publicada hace dos días por la cadena CBS, Trump y Harris actualmente están empatados en esos tres estados.