Sumamente comentados fueron los lapsus que sufrió el presidente Joe Biden en sus intervenciones frente a la prensa del jueves en el cierre de la cumbre de la OTAN en Washington.
Primero, presentó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como “presidente Putin” mientras que posteriormente se refirió a la vicepresidenta Kamala Harris como “vicepresidente Trump”.
Sólo pasaron algunos minutos para que tres legisladores demócratas pidieran que el mandatario declinara ser el candidato del partido. Eric Sorensen, Scott Peters y Jim Himes publicaron comunicados reconociendo la labor de Biden en su Gobierno pero solicitándole que abra paso a un liderazgo distinto de cara a las presidenciales.
En conversación con BioBioChile, el director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, Alberto Rojas, señaló que, efectivamente, la conferencia de prensa abierta que realizó el presidente Biden buscaba despejar las dudas que había dejado el debate presidencial televisivo del 27 de junio.
“Sabemos que Biden no es muy amigo de grandes conferencias de prensa, pero se arriesgó con esta iniciativa y la verdad es que el balance que queda no es positivo. Nuevamente tuvo una serie de lapsus, especialmente confusiones, se le vio también relativamente dubitativo, igual que en el debate”, sostuvo.
“Y eso, lejos de despejar las dudas, pareciera agravar el escenario en términos de la capacidad de Biden para seguir un nuevo mandato. Eso le pone más presión al Partido Demócrata en términos de tomar decisiones de manera urgente antes de la convención del partido en agosto”, mencionó.
Rojas añade que el Partido Demócrata está en una situación muy difícil, “básicamente porque el presidente Biden, insisto, ha dado muestras de que no está en condiciones de seguir en campaña por un segundo mandato”.
En ese sentido, indicó que el proceso electoral en Estados Unidos ya cumplió con una serie de etapas, incluyendo la realización de las primarias y los caucus durante el primer semestre de este año. “Ahí, Biden, que prácticamente no tuvo ningún contendor de importancia, se llevó el 95% de los delegados que van a ir a la Convención”, recordó.
“La Convención es la instancia en la cual el partido oficialmente proclama al candidato a la presidencia y todos los delegados, Estado por Estado, se comprometen a votar por el candidato que definieron, que en este caso es Biden. Entonces, el partido unilateralmente no lo puede bajar, por decirlo en términos coloquiales”, puntualizó.
“¿Qué tendría que ocurrir? Que el propio Biden renunciara a su candidatura y que a partir de ahí dejara en libertad de acción al partido y de esa manera se buscara un mecanismo o una manera de encontrar otro candidato. Tal vez entonces la convención de agosto pasaría de ser el momento en el cual se esperaba la proclamación de Biden al momento en el que se elija un nuevo candidato”, detalló.
“Las opciones que han salido nunca estuvieron, por ejemplo, durante el periodo de las primarias. Se habla del gobernador de California, de Kamala Harris y también de Hillary Clinton. Algunas encuestas dicen que en este minuto Kamala Harris, la vicepresidenta, le ganaría por un punto porcentual a Trump, lo cual la convierte en una opción un poco más contundente de lo que podría ser Biden, que básicamente ha estado bajando su respaldo desde el pasado debate”, enfatizó.
Para el experto, cada declaración, conferencia o entrevista que ofrece Biden “ya no es una oportunidad sino que es un espacio de peligro en el que él puede acabar nuevamente demostrando las incapacidades o las limitantes que Trump constantemente ha mencionado de él. Y eso es darle municiones a Trump”. A su vez, Rojas apuntó contra la incapacidad, tanto de republicanos como de demócratas, de levantar nuevas opciones, en lo que él llama un “recambio generacional”.
“Cuando Biden llegó a la Casa Blanca en enero del 2021, muchos pensamos que probablemente iba a ser un mandato de un solo periodo y que en esos cuatro años Kamala Harris, la primera mujer en ocupar la vicepresidencia, iba a tener la oportunidad de posicionarse y y fortalecer su imagen a nivel político”, sostuvo.
“Ahí los demócratas perdieron una oportunidad valiosísima en la medida en que Harris en estos cuatro años no logró, entre comillas, lucirse, no logró demostrar su capacidad de liderazgo y por el contrario, el Presidente Biden le encargó encabezar uno de los temas más complicados del gobierno estadounidense que es el tema migratorio”, expresó.
“Nadie se puede lucir con ese tema porque es muy difícil y lejos de haber logrado objetivos deseados, fue sumamente criticada por las cosas que no pudo lograr”, cerró.
Una candidatura “averiada”
Gilberto Aranda, académico de Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, planteó que la candidatura de Biden “queda averiada, por decirlo de alguna manera, porque al final del día se trata de contar con el respaldo del Partido Demócrata y está claro que cada vez más legisladores están pidiendo que se reestudie la candidatura”.
“Hay algo que no se dice mucho en los medios pero, además de que se acostumbra a que el presidente vaya a la reelección, el Partido Demócrata se ha ido moviendo hacia la izquierda. Tuvieron primarias pero si hubiese sido un proceso diferente, de candidatos no presidenciales, probablemente se habría movilizado la base demócrata que hoy día es más progresista”, explicó.
“Pero el punto es que los líderes del partido apuestan por Biden porque es un líder centrista y, entre el votante, al final la diferencia la están haciendo los centristas, porque los extremos o los polos están ya muy copados, entonces esto también es una razón, además de que ya es presidente, para insistir en la candidatura de Biden”, deslizó.
Sin embargo, ahondó Aranda, el problema es que todas las declaraciones que ha venido dando Biden siembran más dudas. “Para hacer algo en sentido contrario necesitaría hacer más ruedas de prensa, más entrevistas y se le va agotando el tiempo porque al final del día es la opción entre el 19 y 22 de agosto, la Convención Demócrata en Chicago, la última que puede hacer movimientos”, expuso.
“Es decir, estamos a poco más de un mes. Si eso no cambia de acá a un mes, va a ser muy difícil modificarlo después. De hecho, ya es difícil, pero la última opción sería la Convención Nacional Demócrata de Chicago, en donde se hará la proclamación formal. Se va agotando el tiempo y para contrarrestar las dudas que ha ido sembrado, necesitaría más ruedas de prensa”, remarcó el profesor titular de la U. de Chile. Esto, agregó Aranda, mientras “Trump es el que mira, come cabritas y como espectador se solaza. Yo veo muy complejo el cuadro”.
En Estados Unidos se habla de que los votantes deberán votar por el “mal menor”, considerando que en la vereda contraria, Trump ha desfilado por los tribunales para enfrentar la justicia.
“Es una costumbre en América Latina, por eso dicen que la política de Estados Unidos se ha sido latinoamericanizando, con más populismo y votos por el mal menor. En el fondo, las dudas que se siembran son respecto a la edad y a la capacidad de las funciones ejecutivas del presidente para otro periodo”, dijo.
“En otras palabras, es una cuestión de senilidad, no hay otro tipo de de observación frente a una persona que ha sido declarado delincuente convicto por 34 cargos. Entonces, claramente esa es la disyuntiva e insisto, las dudas son respecto a la edad y las capacidades que tenga para desempeñar el cargo de presidente”, concluyó.