“Se acerca un barco que acaba de perder el rumbo, así que hasta que lo tengan bajo control, tenemos que detener todo el tráfico”, señala uno de los efectivos mientras el barco mercante Dali se aproximaba a la estructura.
Otro de los efectivos pregunta si efectivamente había un equipo trabajando en el puente, tras lo cual solicita que contacten al encargado para que los saquen del lugar.
En los tensos segundos los funcionarios se coordinan para impedir que los vehículos crucen por la vía. Repentinamente, uno de ellos exclama: “¡Todo el puente acaba de caer! ¡Arranquen, todos!”.
Uno de los superiores pregunta si efectivamente todo el tráfico se detuvo, ante lo cual un policía contesta: “No puedo llegar al otro lado señor, el puente está caído”.
El derrumbe de la estructura provocó que ocho trabajadores de la empresa Brawner Builders cayeran al río, siendo rescatados sólo dos de ellos, uno en estado grave.
Los seis restantes -de origen latino- permanecen desaparecidos, siendo declarados muertos posteriormente por las autoridades norteamericanas.
“Basándonos en el tiempo que llevamos en la búsqueda, los extensos esfuerzos de búsqueda que hemos puesto y la temperatura del agua, no creemos que vayamos a encontrar aún vivo a ninguno de los individuos”, explicó el comandante de la Guardia Costera, Shannon Gilreath.
Gilreath matizó, no obstante, que la Guardia Costera no abandonará el lugar y que sus tareas entran ahora en una nueva fase para encontrar los restos de las víctimas.
La colisión ocurrió a la 1:30 de la madrugada (2:30 hora de Chile) del martes, lo que evitó que la tragedia fuese mayor en el puente, estructura que en 2023 tuvo un tráfico total de 12,4 millones de pasajeros.