A través de un comunicado, la FAA informó que realizará una nueva auditoría de la línea de producción del 737-9 MAX y sus proveedores después de conocerse el aterrizaje de emergencia que hizo una de sus unidades el pasado viernes.
“Es hora de reexaminar la delegación de autoridad y evaluar cualquier riesgo de seguridad asociado”, indicó el administrador de la FAA, Mike Whitaker, según detalla NBC News.
“La puesta a tierra del 737-9 y los múltiples problemas relacionados con la producción identificados en los últimos años requieren que analicemos todas las opciones para reducir el riesgo”, agregó.
“La FAA está explorando el uso de un tercer organismo independiente para supervisar las inspecciones de Boeing y su sistema de calidad”, puntualizó.
Anteriormente, el miércoles, el Gobierno de Estados Unidos ordenó la inmovilización de todos los modelos Boeing 737-9 MAX “hasta que sean seguros”.
Varias compañías, como la propia Alaska o United Airlines, habían suspendido vuelos operados con estas aeronaves.
El pasado viernes el vuelo 1282 de Alaska Airlines con destino a Ontario, California (no confundir con la ciudad canadiense) regresó a Portland unos 30 minutos después del despegue luego de perder parte del fuselaje.
La nave regresó al terminal aéreo con sus 171 pasajeros y seis tripulantes ilesos.
Posteriormente, la parte del avión que se desprendió fue encontrada en el patio de una casa en la misma ciudad de Portland.