El artista Máximo Corvolán-Pincheira llegó hasta la vivienda del ex secretario de Estado durante el gobierno de Richard Nixon ubicada en Sutton Place, Nueva York, con un frasco con sangre y un grupo de personas para una intervención artística.
Tal como detalla el medio norteamericano Patch, la presentación fue realizada para recordar la muerte de su padre, Héctor Ricardo Pincheira Núñez, quien fue un asesor presidencial de Salvador Allende que tras el Golpe de Estado fue torturado y ejecutado.
La performance comenzó en la puerta de la galería PS122 en Nueva York, en donde Máximo se hizo un corte en su mano para extraer su sangre.
Una vez refrigerada, la llevó hasta la casa de Kissinger en compañía de 11 artistas, cada uno con una canaleta, en donde la sangre fue traspasada de un participante a otro, intentando no derramar el tejido líquido.
De acuerdo al artista, se trata de “un ejercicio colectivo que busca, por un lado, relevar el apoyo internacional (político y cultural) que surgió como respuesta a la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet y, por otro, establecer conexiones con los problemas y desafíos contemporáneos explorando nuevas formas de solidaridad”.
Pincheira agregó que al estar por primera vez frente a la casa del diplomático, pensó en “la dinámica de poder que permite que un personaje como éste quede impune después de todo el daño que ha causado”.
La performance fue presenciada por vecinos y transeúntes que en ese momento pasaban por el lugar. Una mujer que vive frente al edificio de Kissinger aseguró que recién se había enterado de los horrores del Golpe de Estado en Chile.
A su vez, aseveró haber sentido una profunda angustia al enterarse del apoyo que tanto Kissinger como Richard Nixon prestaron al régimen de Augusto Pinochet.
El sitio Patch no confirmó si Kissinger efectivamente estaba en su hogar durante el acto.
Hijo de un torturado y ejecutado
Pincheira, quien pronto cumplirá 50, aún no nacía cuando su padre, quien permaneció en La Moneda junto a Allende el 11 de septiembre de 1973, fue detenido por los militares.
Tras el derrocamiento de Allende, su familia salió al exilio, viviendo en Colombia, Alemania, Cuba y México hasta 1990, cuando el régimen militar llegó a su fin.
De acuerdo al portal Memoria Viva, Ricardo Pincheira Núñez fue llevado al mismo 11 de septiembre de 1973 al Regimiento Tacna, en donde fue torturado junto a otros prisioneros.
“Durante casi 48 horas debieron permanecer en posiciones dolorosas, en terreno áspero o de huevillo, siendo pisoteados por los militares que corrían sobre ellos y que los golpeaban con las culatas de sus armas o les proferían heridas con sus yataganes”, señala el citado sitio.
Uno de los soldados que pudo presenciar parte de los hechos relató en su momento que un grupo de detenidos, entre los que estaba Pincheira Núñez, fue trasladado el 13 de septiembre a los campos militares de Peldehue, en Colina, en donde fueron ejecutados frente a una fosa. Posteriormente les lanzaron granadas a los cuerpos.
“Esta matanza de prisioneros no ha sido jamás reconocida oficialmente ni se han entregado los cadáveres, y las personas mencionadas, entre ellos, Héctor Ricardo Pincheira Núñez, se encuentran desaparecidas desde el 13 de septiembre de 1973”, publica Memoria Viva.
Rol de Nixon y Kissinger en la dictadura chilena
Diversos documentos desclasificados han confirmado el rol que tuvo Kissinger, bajo la administración de Nixon, en el derrocamiento de Allende y el posterior régimen militar.
En mayo pasado, los archivos de Seguridad Nacional de Estados Unidos publicaron una selección de documentos en los que se detalla un encuentro que el exsecretario de estado mantuvo con el dictador chileno.
Dentro de la misma planilla se habla además del apoyo estadounidense para consolidar la dictadura militar de Augusto Pinochet.
En la transcripción de una reunión privada sostenida en Santiago en 1976, el estadounidense le señaló a Pinochet: “Queremos ayudarlo, no perjudicarlo”.
En tanto, en el libro Pinochet Desclasificado: Los Archivos Secretos de Estados Unidos Sobre Chile (Editorial Catalonia) de Peter Kornbluh, se detalla que una conversación que Kissinger mantuvo con Nixon tras el atentado contra el comandante en jefe del Ejército en 1970, el general René Schneider.
Mientras agonizaba, el presidente estadounidense quería supervisar lo que ocurría en Chile. Al ver que el ejército no se decidía a tomar el poder en 1970, Kissinger le dijo a Nixon que “los militares chilenos son un puñado de incompetentes”.