El exmandatario arribó con un tono serio al juzgado E. Barrett Prettyman, sede del tribunal federal del Distrito de Columbia.
Bajo un estricto resguardo policial, que cuenta con un perímetro de seguridad alrededor del edificio y también con patrullas apoyadas por perros entrenados, el magnate entró al tribunal por una puerta trasera.
Un extenso vallado impide el paso a peatones y reporteros mientras que enormes camiones impiden ver lo que ocurre con mayor precisión.
En la comparecencia la jueza Moxila Upadhyaya llevará a cabo la lectura de los cargos por los que ha sido acusado.
En la sala se encuentra además el fiscal especial Jack Smith, quien ha encabezado la investigación contra Trump.
Específicamente el expresidente afronta cuatro acusaciones: conspiración para defraudar a EE.UU., conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial y conspiración contra derechos.
Se espera que Trump se declare no culpable antes de ser liberado, tal como lo hizo en las dos imputaciones penales previas que ha recibido.