El propietario de Encore, John Rumpel, dijo al Washington Post que su hija, un nieto y su niñera iban a bordo del avión que se estrelló en EEUU este domingo.
"No sabemos nada del accidente", dijo Rumpel, añadiendo que "ahora estamos hablando con la FAA", antes de finalizar la llamada.
El propietario del avión que se estrelló este domingo cerca de Washington DC (EEUU) después de que aviones de las Fuerzas Armadas intentaran establecer contacto con el piloto sin éxito dijo a varios medios que su familia iba a bordo.
La Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA, por sus siglas en inglés) está investigando las causas que llevaron a que la aeronave privada de la marca Cessna se estrellara alrededor de las 15:30 hora local (misma hora en Chile) en una “zona montañosa” cerca de Montebello, en Virginia.
Según The New York Times, el avión estaba registrado a nombre de la empresa Encore Motors of Melbourne y su propietario, John Rumpel, de 75 años, dijo al diario que a bordo iban su hija, una nieta de 2 años y su niñera, que volvían a su casa en East Hampton (Nueva York) tras una visita familiar en Carolina del Norte.
La FAA dijo que el avión tenía como destino el aeropuerto MacArthur en Long Island, el área del estado de Nueva York donde se ubica East Hampton, y que había salido de la ciudad de Elizabethton, en el estado de Tennessee, vecino de Carolina del Norte, al sur del país.
Rumpel también declaró a The Washington Post que estaba en contacto con la FAA, afirmó que su “familia entera” iba en el avión y lamentó que “nadie podría sobrevivir” dada la velocidad de descenso antes de estrellarse.
La policía estatal de Virginia dijo al canal local WFXR este domingo por la noche que las tareas de búsqueda estaban en marcha, pero había malas condiciones meteorológicas.
El avión sobrevoló Washington y Virginia y fue interceptado por aviones de combate F-16, que volaron a velocidades supersónicas y emplearon bengalas para llamar la atención del piloto sin que este respondiera, informó el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD, en inglés).
El estruendo supersónico de los aviones de combate llamó la atención de los residentes del área metropolitana de Washington DC, pero las autoridades comunicaron poco después que no había una amenaza activa y que el ruido procedía de un vuelo “autorizado por el Departamento de Defensa”.