El ex Secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Alfred Kissinger, cumple este próximo sábado 100 años de vida y con motivo de su natalicio, el Archivo de Seguridad Nacional (GWU) de Estados Unidos publicó documentos desclasificados que revelan datos ocultos de los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford, en los que se detalla un encuentro con el dictador chileno, Augusto Pinochet.
Siguiendo con lo anterior, uno de estos detalles fue es el papel que desempeñó Kissinger en la estrategia de EEUU para favorecer el derrocamiento de Salvador Allende.
Dentro de la misma planilla se habla además del apoyo estadounidense para consolidar la dictadura militar de Augusto Pinochet en 1973.
En la transcripción de una reunión privada sostenida en Santiago en 1976, el estadounidense dijo a Pinochet: “Queremos ayudarlo, no perjudicarlo”.
Reunión Kissinger y Pinochet
“Simpatizamos con lo que están tratando de hacer aquí”, dijo Kissinger en representación del Gobierno de Nixon, “hizo un gran servicio a Occidente al derrocar a Allende”.
Tras esto añadió su visión personal: “Mi evaluación es que usted es víctima de todos los grupos de izquierda del mundo y que su mayor pecado fue derrocar a un Gobierno que se estaba volviendo comunista”.
Según lo detalló el diario El País, el encuentro en Santiago se produjo cuando se estaba celebrando la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Santiago.
Durante la conversación, Kissinger insistió al dictador que sería “de gran ayuda” si anunciase las medidas que están adoptando en materia de derechos humanos.
Pinochet respondió con victimismo: “El país está volviendo a la institucionalización paso a paso. Pero constantemente estamos siendo atacados por los demócratas cristianos. Tienen una voz fuerte en Washington, como Orlando Letelier”.
En septiembre de ese año, Letelier fue asesinado en Washington en un atentado, con una bomba adosada a su coche. Las autoridades estadounidenses tardaron años en reconocer que Pinochet ordenó su muerte.
“Quiero ver que nuestras relaciones y amistad mejoran. Alenté a que la OEA tuviese en Santiago su Asamblea General. Sabía que eso le añadiría prestigio a Chile. Vine por eso”, reconoció Kissinger.
Chile, el talón de Aquiles de Kissinger
En el encuentro en Chile, Kissinger recomendó al dictador que diera anuncios en materia de DDHH que podría usar para obtener rédito político.
Ejemplo de esto es asegurar las garantías constitucionales, divulgar el número de prisioneros en Chile y confirmar el derecho de habeas corpus (que permite a los detenidos ser conducidos ante un juez).
Además, le aconsejó comunicarlas como un paquete de acción política con la finalidad de conseguir un “mejor impacto psicológico”.
Según Peter Kornbluh, analista de Seguridad Nacional, concluye que “Chile es el talón de Aquiles de Kissinger”.
“Todos hablan del legado de Kissinger por su centenario. Ese legado son las transcripciones de estas grabaciones, la verdadera evidencia del lado oscuro de su impacto en el mundo. Estos documentos nos lo recuerdan. Son como haber tenido una mosca en la pared de su oficina escuchando lo que se hablaba”, dijo al medio ya citado.