Este lunes se cumplía el plazo para que Donald Trump declarase ante el comité del Congreso que investiga el asalto al Capitolio, pero el exmandatario presentó la semana pasada una demanda ante la Justicia para precisamente evitar tener que presentarse ante este organismo del Congreso.
“Donald Trump está obligado a dar explicaciones al pueblo estadounidense. En los próximos días evaluaremos los pasos a seguir en este litigio legal y en relación a la falta de cumplimiento por parte del expresidente”, indicaron en un comunicado el presidente del comité, Bennie Thompson, y la vicepresidenta, Liz Cheney.
Trump presentó la querella el pasado viernes en una Corte de Florida, donde reside, y su abogado, David Warrington, aseguró que los precedentes en casos así preservan la separación de poderes y prohíben al poder Legislativo obligar al Ejecutivo a tener que declarar.
El pasado 21 de octubre, el comité citó formalmente a Trump a declarar bajo juramento y a entregar documentos relativos a su actuación en los días previos y en la jornada misma de los hechos.
El comité dio a conocer, además, el contenido de la carta que Thompson y Cheney enviaron a Trump, donde destacan el “papel central” que ejerció en el esfuerzo “orquestado e intencionado” de revocar los resultados de las elecciones de 2020, en las que fue derrotado por el presidente actual, Joe Biden.
Además, destacaron el rol que desempeñó para “bloquear” la transición del poder.
En concreto, el comité acusa a Trump de diseminar información falsa de que se produjo un fraude electoral, lo que fue incapaz de demostrar ante la Justicia al no aportar pruebas, para anular el resultado de la votación.
También considera que el expresidente buscó “corromper” el Departamento de Justicia, además de presionar a funcionarios y legisladores locales para que alteraran los resultados, convocar a decenas de miles de sus partidarios aquel 6 de enero, incitar a la violencia en mensajes en sus redes sociales durante esa fecha y rechazar dispersar a sus partidarios.
El 6 de enero de 2021 unas 10.000 personas, la mayoría seguidores de Trump, se manifestaron frente al Capitolio y cerca de 800 irrumpieron en el edificio mientras se ratificaba la victoria electoral de Biden. Hubo cinco muertos y unos 140 agentes heridos.