En un mensaje en la plataforma Truth Social, Trump se quejó de que los agentes supuestamente no permitieron a nadie, ni siquiera a sus abogados, acercarse a las estancias en las que entraron durante su redada en Mar-a-Lago.
“Se pidió a todo el mundo que abandonará el lugar, querían que los dejaran solos, sin testigos que vieran lo que estaban haciendo, tomando o, espero que no, ‘sembrando’. ¿Por qué insistieron tanto en que nadie los vigilara?”, cuestionó el político republicano.
Trump planteó así dudas sobre la actuación del FBI y las posibles pruebas recolectadas, insistiendo en su argumento de que toda esta actuación está orquestada por el Gobierno de Joe Biden y tiene fines políticos.
Ni el FBI -cuyo actual jefe, Christopher A. Wray, fue designado por Trump, ni el Departamento de Justicia han dado aún declaraciones explicando el motivo de la redada. A la espera de conocerse algún detalle o explicación oficial, numerosos dirigentes republicanos, incluida la dirección del partido, han arremetido contra el “abuso de poder” de los demócratas.
El propio Trump, sin embargo, tampoco ha hecho pública o ha dado a conocer detalles sobre la orden de registro que los agentes presentaron para acceder a su vivienda y que podría arrojar luz sobre estas pesquisas, centradas a priori en documentos con información clasificada que no debieron haber sido retirados de la Casa Blanca.
Mientras, el Gobierno de Biden ha asegurado que el presidente no estaba avisado del registro y se enteró por los medios de comunicación, al tratarse de una investigación independiente.
Christina Bobb, una de las abogadas de Trump, ha dicho en varias entrevistas que estaba en Mar-a-Lago cuando se produjo la redada y que el FBI se llevó aproximadamente doce cajas de la residencia.
El expresidente tiene abiertos varios frentes legales, incluido un caso civil sobre las prácticas empresariales de su compañía por el que hoy compareció en Nueva York, donde optó por guardar silencio y no responder a las preguntas de los fiscales.