El ultraderechista Steve Bannon, que fue asesor del expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021), fue considerado culpable este viernes de desacato al Congreso tras haberse negado a comparecer ante el comité que investiga el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio.
Bannon, de 68 años, encaraba desde noviembre de 2021 un cargo penal por su negativa a comparecer ante dicho comité y otro por no querer entregar documentos. Ha sido declarado culpable de ambos y la condena puede acarrearle entre 30 días y un año de prisión, así como una multa de hasta 100.000 dólares, por cada uno.
La vista en la que se dará a conocer la sentencia que debe cumplir se celebrará el 21 de octubre, según varios medios estadounidenses.
El comité quería que Bannon testificara porque cree que tenía algún conocimiento previo sobre lo que iba a ocurrir ese 6 de enero, cuando el Congreso tenía previsto certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden en las presidenciales de noviembre y Trump había convocado una protesta cerca de la Casa Blanca.
Bannon habló con Trump al menos dos veces la víspera del ataque y el 5 de enero aseguró en su pódcast que al día siguiente se iba a desatar “un infierno”.
Aunque al principio quiso acogerse al “privilegio ejecutivo”, que protege las comunicaciones de un presidente con su equipo, el comité de la Cámara de Representantes ya había dicho en octubre de 2021 que el exasesor no estaba cubierto por esa protección ya que en el momento del ataque no ocupaba ningún cargo público.
El juicio en una corte federal del Distrito de Columbia, en el que se encuentra Washington, se inició esta semana con la selección del jurado y este mismo viernes tuvieron lugar las deliberaciones después de que la defensa y la fiscalía expusieran los argumentos finales.
Evan Corcoran, abogado de Bannon, sostuvo de nuevo que la citación a su cliente era ilegítima y que atendía a motivos políticos.
“No rechazó intencionadamente incumplir la citación, en absoluto. No rechazó intencionadamente incumplir nada”, remarcó el letrado, quien trató, además, de levantar sospechas contra la acusación.
Corcoran buscó vincular a la fiscal, Molly Gaston, con una de las principales testigos de la acusación, Kristin Amerling, abogada jefe del comité del 6 de enero, asegurando que hace 15 años trabajaron juntas en el Congreso y pertenecieron al mismo club de lectura.
Otro de sus abogados, David Shoen, aseguró a la salida del juzgado que hay elementos destacables para recurrir.
“Es una vergüenza que la fiscalía y el Departamento de Justicia hayan llegado tan lejos en este caso. (…) No le corresponde al Congreso decidir si el privilegio ejecutivo es válido. Solo una corte puede ejercer de árbitro”, apuntó.
Bannon, por su parte, aseguró que solo está decepcionado por una cosa: que miembros del comité que investiga el asalto no hayan tenido el valor de declarar en este proceso.
El veredicto se conoce un día después de la octava y última sesión, hasta septiembre, de la serie de interrogatorios públicos que ese comité inició hace un mes.
El foco estuvo puesto en los 187 minutos que pasaron desde que Trump arengó a la multitud a hacerse oír en el Capitolio hasta que a las 16.17 de esa tarde colgó un video en Twitter donde les dijo por primera vez que debían abandonar la sede del Congreso.
El comité probó que Trump decidió no frenar rápido el asalto porque le convenía y que en su lugar pasó la tarde viéndolo en la cadena conservadora de televisión Fox News, ignorando las peticiones de sus asesores y de su familia para que intercediera.