El Tribunal Supremo de Estados Unidos falló este jueves por seis votos a favor y tres en contra declarar constitucional el poder portar armas de forma pública y fuera del hogar, como parte de la Segunda Enmienda.
El Tribunal Supremo de los Estados Unidos, de mayoría conservadora, amplió este jueves el derecho a portar armas en el país al tumbar una ley del estado de Nueva York que prohíbe llevar armamento en público.
El matiz reside en que hasta ahora la Constitución salvaguardaba el derecho de una persona a poseer armas de fuego, aunque en la esfera privada y solo para defensa propia.
El caso está relacionado con una ley del estado de Nueva York que obliga a poseer un permiso que avale portar armas de manera oculta fuera del hogar. Sin embargo, la legislación sostiene que quienes pidan esa solicitud deben demostrar algún tipo de justificación especial, más allá del deseo de protección.
Los demandantes sostenían que ese requisito en la legislación hacía muy difícil que los solicitantes pudieran obtener el permiso, lo que convertía a la Segunda Enmienda en un privilegio limitado y no en un derecho constitucional.
El tribunal les dio la razón, pero dejó la puerta abierta a que los estados pongan otro tipo de limitaciones a portar armas, como la toma de huellas dactilares, pruebas de antecedentes, o de cuadros médicos de salud mental.
El fallo tuvo el voto a favor de los seis jueces conservadores del tribunal y en contra de los tres progresistas. Éstos últimos magistrados criticaron que la decisión del tribunal “puede tener consecuencias letales”.
La resolución puede tener ahora implicaciones en otros siete estados con leyes similares: California, Delaware, Hawái, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey y Rhode Island.
Seguidilla de masacres
El fallo se produce en pleno debate nacional sobre la posesión de armas en el país, consagrada en la Segunda Enmienda de la Constitución, tras los recientes tiroteos masivos.
El 24 de mayo, el joven de 18 años Salvador Ramos irrumpió en un colegio de primaria de Uvalde (Texas) con un fusil comprado legalmente y mató a 19 niños y dos profesoras.
Días antes, el 14 de mayo, un hombre blanco perpetró un crimen racista cuando entró armado en un supermercado de un barrio de mayoría negra en Búfalo (estado de Nueva York) y mató a diez personas.
Los demócratas abogan por prohibir la venta de rifles de asalto y revisar los antecedentes de los compradores de armas, mientras los republicanos se oponen y afirman que los tiroteos deben ser abordados como un tema de salud mental.
Un grupo de senadores de ambos partidos llegó a un acuerdo para aprobar una legislación con medidas de mínimas para controlar las armas, que incluyen la confiscación de armamento a personas que sean consideradas un peligro.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, consideró este jueves “indignante” e “imprudente” el fallo del Supremo.