En una rueda de prensa, el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, reconoció que no derribar la puerta y esperar a que llegase el conserje con la llave fue una “decisión incorrecta” y culpó de ella al máximo responsable policial que en ese momento se encontraba en el colegio.
El diario New York Times identifica a este comandante como el jefe de Policía de Uvalde, Daniel Rodriguez.
Según contó McCraw, después de haber oído múltiples disparos en el aula y que estos ya solo se dirigieran a la puerta cuando los agentes trataban de acceder, el citado jefe interpretó que ya no quedaba nadie con vida dentro salvo el agresor.
Esta interpretación le llevó a decidir cambiar el protocolo de “atacante activo” a “sospechoso atrincherado”, por lo que en lugar de derribar la puerta y entrar a la fuerza exponiendo a sus agentes a los disparos del agresor, optó por esperar a que llegase la llave y los refuerzos con el equipamiento adecuado.
“(El jefe policial) consideró que había tiempo y que ya no había más niños en peligro. Obviamente, sí que los había y el atacante seguía activo. Fue la decisión incorrecta y no hay ninguna excusa que valga”, reconoció McCraw.
Las 21 víctimas mortales del tiroteo se encontraban en la misma aula, pero cuando la Policía finalmente logró acceder, también halló en ella a niños con vida.
Las llamadas de alerta a la Policía se produjeron incluso desde dentro del aula por parte de algunos alumnos.
Durante la hora en la que la Policía esperó los refuerzos y no realizó ningún intento de entrar al aula por la fuerza, había 19 agentes en el colegio según las fuentes oficiales.
McGraw también confirmó, como había comenzado a circular en las últimas horas, que la Policía local impidió durante la primera respuesta al tiroteo que un equipo fuertemente armado de la Policía de Fronteras irrumpiera en la escuela.
Tras entrar en el aula, Salvador Ramos -como ha sido identificado el agresor- cerró la puerta por dentro y disparó indiscriminadamente contra los alumnos y las profesoras.
La reacción de la Policía está siendo objeto de numerosas y airadas críticas por parte de las familias y el público general en las redes sociales y los medios de comunicación, al considerar que las Fuerzas de Seguridad podrían haber actuado con más rapidez.