Estados Unidos puso este domingo en duda la voluntad del Kremlin para una salida negociada del conflicto de Ucrania a tres días de que el presidente, Joe Biden, visite Europa para abordar con sus aliados la invasión rusa de territorio ucraniano.
Mientras Turquía afirmó que Moscú y Kiev están “casi de acuerdo” en cuatro de los seis acuerdos planteados en la mesa de negociación, la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, rebajó las expectativas.
En entrevista con la cadena CNN, la diplomática criticó que “los rusos no se han inclinado por ninguna posibilidad de una solución negociada” y aseguró que las conversaciones “parecen unilaterales”.
De todos modos, dijo que Estados Unidos respalda que haya una negociación y evitó opinar sobre las concesiones que Ucrania tendría que asumir para el fin de la invasión.
“No puedo avanzar cómo responderemos a un acuerdo negociado al que puedan llegar los ucranianos con los rusos para salvar la vida de su gente”, señaló.
El Kremlin ha puesto como condición que Kiev renuncie a entrar en la OTAN, reconozca la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, en el Donbás ucraniano, y el control ruso de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Pero también en una entrevista con la CNN, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó este domingo que no asumirá “ningún compromiso que afecte a la integridad territorial y a la soberanía” de Ucrania.
A las puertas del viaje
Biden pasó el fin de semana en su estado, Delaware, preparando el viaje a Europa de la próxima semana, en el que se reunirá con sus aliados para coordinar los próximos pasos a seguir ante la invasión rusa.
El presidente volará el miércoles a Bruselas para participar el jueves en una cumbre de la OTAN, otra de la UE y una del G7, esta última convocada por Alemania, que ostenta la presidencia de turno del grupo de naciones más industrializadas del mundo.
Aunque la Casa Blanca no ha descartado que Biden pudiera visitar otros países como Polonia, su portavoz, Jen Psaki, negó por completo este domingo en Twitter que el presidente se plantee pisar Ucrania.
“El viaje se centrará en el apoyo al pueblo ucraniano frente a la invasión del presidente (de Rusia, Vladímir) Putin, pero no hay planes para un viaje a Ucrania”, aclaró.
Esta será la segunda vez que Biden asistirá presencialmente a una cumbre de líderes de la OTAN en Bruselas, tras la celebrada el 14 de junio pasado.
Sobre la cumbre, el secretario general de la OTAN, Jen Stotlenberg, afirmó este domingo que “todavía no se ha decidido el formato” del encuentro ni si participará de manera virtual el presidente ucraniano.
En entrevista con la cadena estadounidense NBC, Stoltenberg aseguró que la cumbre servirá de “plataforma para demostrar unidad en el apoyo a Ucrania”, pero también para “prevenir un conflicto directo entre la OTAN y Rusia”.
En ese sentido, descartó una vez más la imposición de una zona de exclusión aérea en Ucrania, ya que supondría una participación directa de la OTAN en el conflicto, cuando el objetivo de la Alianza Atlántica debe ser “proteger a los 1.000 millones de personas que viven en los 30 países de la OTAN”.
No hay punto de inflexión
Después de que el Kremlin confirmara este domingo el uso por segunda vez de misiles hipserónicos en el conflicto con Ucrania, el Pentágono descartó considerarlo un “punto de inflexión” en el conflicto.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, opinó en entrevista con la cadena CBS que Rusia los utiliza para “ganar impulso” en la guerra y que lo seguirá haciendo, pero apuntó que “no cambia las reglas del juego”.
En cambio, el jefe del Pentágono advirtió de que si Rusia llegara a usar armas químicas o biológicas en Ucrania sería “un paso muy serio” y recibiría “una repuesta contundente de Estados Unidos y de la comunidad internacional”.
Es la segunda vez que Rusia utiliza en Ucrania estos misiles, que hasta ahora solo había usado en ensayos militares, y que tienen una velocidad diez veces mayor a la del sonido y son de muy difícil intercepción.