Pekín expresó este miércoles su "firme oposición" a la invitación a Taiwán por el presidente estadounidense, Joe Biden, a una cumbre virtual por la democracia, en la que participaran en diciembre más de un centenar de países, pero no la propia China.
Pekín expresó su “firme oposición” a la invitación a Taiwán por el presidente de EEUU, Joe Biden, a una cumbre virtual por la democracia.
De la instancia además se indicó que participarán en diciembre más de un centenar de países, pero no la propia China.
El gigante asiático considera a Taiwán como una de sus provincias, aunque no controle a esta isla de 23 millones de habitantes.
Taiwán agradeció este miércoles a Biden la invitación, que le permite lucir a nivel internacional sus credenciales democráticas.
“Con esta cumbre, Taiwan puede compartir su exitosa historia democrática” indicó el portavoz de la presidencia de Taiwan, Xavier Chang, en un comunicado.
Pero China reaccionó de inmediato y mostró su “su firme oposición ante esta invitación estadounidense a las autoridades de Taiwán”, dijo a la prensa el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian.
Rusia por su lado criticó la iniciativa de Estados Unidos, acusándolo de sembrar división.
“Estados Unidos prefiere crear nuevas líneas de división y dividir a los países en ‘buenos y malos’” declaró el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov.
Turquía, aliada de Washington en la OTAN, tampoco aparece entre los países participantes, ni Rusia tampoco.
La mayoría de los países latinoamericanos figuran entre los invitados, a excepción de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia.
Biden parece haberlo dejado claro desde su llegada a la Casa Blanca en enero pasado. Su política extranjera se basa en la oposición entre las democracias y las “autocracias”, que según él encarnan entre otros China y Rusia.
El mandatario estadounidense sí ha invitado en cambio a Brasil, dirigido por el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Otros “no invitados” de EEUU
De Medio Oriente, solamente Israel e Irak fueron invitados a esta reunión en línea organizada por Biden el 9 y 10 de diciembre.
Los aliados árabes tradicionales de Estados Unidos como Egipto, Arabia Saudita, Jordania, Qatar o Emiratos Árabes Unidos no están invitados.
En Europa, Polonia está representada, pese a las recurrentes tensiones con Bruselas sobre el respeto al estado de Derecho, aunque Hungría, encabezada por el polémico Primer Ministro Viktor Orbán, no figura en la lista del Departamento de Estado.
En cuanto a África, la República Democrática del Congo, Kenia, Sudáfrica, Nigeria y Níger forman parte de los invitados.
La “Cumbre por la Democracia” era una de las prioridades de Biden, además de una de sus promesas de campaña.
“Para una primera cumbre (…) existen buenas razones para tener presente un amplio abanico de actores: esto permite un mejor intercambio de ideas”, dijo Laleh Ispahani, de la Open Society Foundations, previo a la publicación de la lista.
Según Ispahani, más que hacer una reunión anti-China, país que tacha de “oportunidad perdida”, Biden debe aprovechar estos encuentros que reunirán también a dirigentes de la sociedad civil.
Esto, para “atacar la crisis que representa el grave declive de la democracia alrededor del mundo, inclusive para modelos relativamente sólidos como Estados Unidos”.
Esta cumbre fue organizada en vista de numerosos reveses que ha sufrido la democracia en los últimos meses en países donde Estados Unidos tenía importantes esperanzas.
Entre ellos Sudán y Birmania, escenarios de golpes de Estado militares; Etiopía, atrapada en un conflicto con riesgo de “implosionar”, según Washington; así como Afganistán.