Un juez de los Estados Unidos desestimó este lunes siete de los ocho cargos de lavado de dinero imputados a Alex Saab, un empresario colombiano cercano al gobierno venezolano, debido a “garantías” dadas a Cabo Verde durante el proceso de extradición del acusado.
Estados Unidos había asegurado a Cabo Verde que no enjuiciaría al colombiano Alex Saab por más de un cargo durante el procedimiento de extradición. Saab, de 49 años, está siendo juzgado en Miami, en el sureste de Estados Unidos, desde el 18 de octubre, dos días después de que llegara a esa ciudad procedente del archipiélago africano.
Ahora la justicia estadounidense deja de imputarle siete cargos de blanqueo de capitales y sólo conserva uno en su contra, el de conspiración para lavar dinero, que se castiga con penas de hasta 20 años de cárcel.
Se trata de una acusación que se refiere a los fuertes vínculos entre Saab y el gobierno venezolano. Según la fiscalía estadounidense, él y su socio, el prófugo colombiano Álvaro Pulido, transfirieron 350 millones de dólares obtenidos ilegalmente en Venezuela para blanquearlos a través de Estados Unidos. Ese dinero habría sido sustraído de un proyecto para construir viviendas destinadas a personas de bajos ingresos.
El empresario colombiano también es sospechoso de haber blanqueado dinero obtenido ilegalmente a través de un sistema de subsidios alimentarios en Venezuela. La oposición venezolana le acusa además de ser un testaferro del presidente Nicolás Maduro.
El gobierno de Caracas, que dio al colombiano la nacionalidad venezolana y un título de embajador, luchó sin éxito para evitar su traslado a Estados Unidos. Tras acusar a Washington de secuestrar a Saab, Maduro ordenó la suspensión de las negociaciones que su administración llevaba a cabo con la oposición en México.
El acusado debía comparecer este lunes ante el juez Scola para asistir a la lectura de los cargos en su contra y declararse culpable o no culpable. Pero la audiencia fue aplazada hasta el 15 de noviembre, para permitir a Saab reunirse por primera vez en persona con su abogado, Henry Bell. Ese encuentro aún no tuvo lugar porque el colombiano fue puesto en cuarentena a su llegada a Miami, como medida preventiva por la pandemia de covid-19.