El gobierno del presidente demócrata, Joe Biden, dijo el viernes que pedirá a la Suprema Corte de Estados Unidos revocar una ley restrictiva del aborto aplicada en Texas que ya el organismo ha rehusado suspender.
“El departamento de Justicia tiene la intención de pedir a la Suprema Corte” intervenir nuevamente en este ley que prohíbe abortar incluso en caso de incesto o violación, dijo su portavoz Anthony Coley.
La ley, que está en el centro de una feroz batalla judicial, prohíbe los abortos en cuanto el latido del embrión es detectable, en torno a las seis semanas de embarazo, cuando la mayoría de las mujeres aún no saben que están embarazadas.
Leyes similares han sido anuladas en los tribunales porque violan los precedentes de la Corte Suprema, que garantiza el derecho de la mujer a abortar hasta que el feto sea viable, en torno a las 22 semanas de embarazo.
Pero la ley de Texas tiene una característica única: hace recaer “exclusivamente” en los ciudadanos la responsabilidad de hacer cumplir la medida, animándoles a presentar demandas contra las organizaciones o individuos que ayuden a las mujeres a practicar abortos ilegales.
La Corte Suprema, que cuenta con una clara mayoría de jueces conservadores, citó estas “novedosas cuestiones de procedimiento” al rechazar el 1 de septiembre un bloqueo de la entrada en vigor de la ley.
El gobierno federal entró entonces en el terreno legal y presentó una demanda en su nombre contra Texas.
El 6 de octubre, un juez de primera instancia falló a su favor y suspendió la ley. Pero, unos días más tarde, un tribunal de apelación de Luisiana, conocido por su conservadurismo, anuló esa decisión y ordenó que la ley de Texas siga en vigor mientras dure el procedimiento legal.