Según el "Wall Street Journal", la embajada de EE. UU. en Colombia investiga casos del llamado "síndrome de La Habana". Hasta ahora, más de 200 diplomáticos estadounidenses han padecido síntomas de esta dolencia.
El diario Wall Street Journal informó que la embajada estadounidense en Colombia está investigando varios casos del llamado “síndrome de La Habana”, como se conocen los extraños ataques contra diplomáticos estadounidenses en varios países del mundo.
El periódico cita varios correos internos de la embajada en Bogotá. El primero de esos correos internos data de mediados de septiembre de 2021.
Otro mensaje, enviado el día 1 de octubre, alertaba de “incidentes de salud anómalos”, la forma oficial de referirse a esta afección.
Preguntada por las informaciones de estos supuestos nuevos casos en Colombia, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que no iba a confirmar reportes sobre casos individuales.
“Lo que hacemos es tomar muy en serio cada reporte que nos llega”, afirmó en su rueda de prensa diaria.
Psaki aseguró, no obstante, que la Administración del presidente Joe Biden ha “reforzado los esfuerzos” para determinar las causas del “síndrome de La Habana”.´
Precisamente la pasada semana, Biden firmó una legislación bautizada como “Ley de La Habana”, que establece que el Gobierno de EEUU tiene la obligación de ayudar a quienes han sufrido esos misteriosos “ataques”.
Las víctimas llevan años pidiendo más ayuda al Gobierno estadounidense, primero al de Donald Trump y luego al del propio Biden.
Síndrome de La Habana y el deshielo diplomático
Además de en Cuba, donde se detectaron los primeros casos en 2016 y 2017, ha habido incidentes similares en China, Austria, Alemania e incluso en Washington.
En septiembre de 2021, el Gobierno estadounidense empezó a investigar otro suceso similar que afectó a un asesor del director de la CIA, Bill Burns, durante un viaje a la India.
Trump acusó en 2017 al Gobierno de Cuba de ser responsable de lo que las autoridades estadounidenses calificaron entonces como “ataques acústicos” o “sónicos”, lo que sirvió como pretexto al entonces mandatario para romper con el deshielo diplomático con la isla.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, tenía que volar en agosto de 2021 desde Singapur a Vietnam para reunirse con el presidente vietnamita Nguyen Xuan Phuc. Pero la salida se retrasó.
La Embajada de EEUU en Hanoi anunció que la oficina de Harris tenía que ser sometida a “una revisión exhaustiva”, aunque no se identificó un riesgo de seguridad.
Harris estuvo finalmente en Hanoi, como estaba previsto.
¿Qué es exactamente el Síndrome de La Habana?
El misterioso síndrome se conoció por primera vez en 2016.
En ese momento, se detectaron decenas de casos entre diplomáticos estadounidenses y canadienses y sus familiares en la capital cubana.
Los afectados sufrían somnolencia, fatiga, dolores de cabeza y problemas de audición y visión. Algunos perdieron la audición de forma permanente.
Desde los incidentes en Cuba, los síntomas han sido reportados repetidamente por diplomáticos y funcionarios de inteligencia estadounidenses, incluso en Rusia, China, Austria y más recientemente en Berlín.
Los afectados presentan náuseas, mareos, fuertes dolores de cabeza, de oído y fatiga, y algunos no pueden trabajar, reporta el Wall Street Journal.
Algunos de los perjudicados habían manejados cuestiones como las exportaciones de gas, la ciberseguridad o las injerencias políticas.
Síntomas similares a una conmoción cerebral
Los síntomas aparecen repentinamente. Un afectado en Moscú los sintió en 2017 mientras dormía, informó la revista GQ.
Debido a las náuseas, primero pensó que se había intoxicado, pero luego se sintió tan mareado que no paraba de caerse cuando intentaba ir al baño.
Sentí “como si fuera a vomitar y a desmayarme al mismo tiempo”, dijo el funcionario de la CIA a la revista.
Expertos del Centro de Daños Cerebrales y Rehabilitación de la Universidad de Pensilvania examinaron a algunos de los estadounidenses afectados en Cuba y publicaron un estudio en el Journal of the American Medical Association en 2018.
En él, los investigadores concluyen que los pacientes presentan problemas de equilibrio y se ven perturbadas sus capacidades cognitivas, motoras y sensoriales, de forma muy parecida a las personas que han sufrido una conmoción cerebral grave.
Pero, a diferencia de las conmociones cerebrales, los síntomas no desaparecen, sino que disminuyen de vez en cuando, para volver con fuerza concentrada.
Armas a base de microondas
La coordinadora de inteligencia de EEUU, Avril Haines, dijo recientemente que las autoridades siguen sin saber qué está causando los “eventos sanitarios anormales”.
Pero las conjeturas abundan. Una de ellas fue formulada en diciembre de 2020 por expertos de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EEUU, quienes sospechan que las causantes son las pulsaciones dirigidas de energía de radiofrecuencia.
Otros investigadores suponen que la causa del Síndrome de la Habana son las armas de microondas, que los detractores de EEUU utilizarían específicamente contra diplomáticos, empleados de los servicios secretos y sus familias.
Este tipo de armas, que utilizan radiaciones de alta frecuencia, ya han sido desarrolladas.
Las armas basadas en microondas funcionan en el rango de uno a 300 gigahercios. El horno de microondas casero calienta las comidas a una frecuencia de 2,5 gigahercios.
A medida que aumenta la frecuencia, aumenta la energía de la radiación. Con un equipo adecuado, puede dirigirse contra las personas, y los rayos penetran entonces en el cuerpo hasta una profundidad que depende de la frecuencia, donde pueden causar daños.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos, por ejemplo, ha desarrollado un sistema de armas que utiliza microondas a una frecuencia de 95 gigahercios.
¿Armas sonoras?
Otra posibilidad son las armas sonoras: algunos los afectados en La Habana escucharon un sonido penetrante antes de que empezaran los síntomas.
Sin embargo, otros pacientes del síndrome de La Habana no han escuchado nada.
Sin duda, puede haber sistemas que permitan ataques en el rango inaudible. Pero solo se sabe que militares estadounidenses han estado investigando la materia.
Expertos consideran que es improbable que haya armas sonoras funcionales.
Al igual que no se sabe qué hay detrás del síndrome de La Habana, tampoco está claro quiénes son los responsables.
En mayo de 2021, funcionarios del gobierno estadounidense, que pidieron no ser nombrados, declararon a la revista estadounidense Político que sospechaban que la agencia de inteligencia militar rusa GRU estaba detrás de los ataques.
Sin embargo, la Casa Blanca no hará ninguna acusación oficial por el momento.