Estados Unidos tomó este domingo las riendas del control del tráfico aéreo en el aeropuerto de Kabul para facilitar sus evacuaciones y las de sus aliados, y prometió que acelerará la salida de miles de afganos que ayudaron a sus tropas durante la guerra.
“Las fuerzas estadounidenses han asumido ya las responsabilidades del control de tráfico aéreo en el aeropuerto, con la ayuda de aliados afganos”, dijo a Efe el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Añadió que el tráfico de aviones comerciales desde ese aeropuerto “continúa, aunque ha experimentado algunas interrupciones y retrasos esporádicos”.
Poco antes, el Pentágono y el Departamento de Estado habían anunciado en un comunicado conjunto que se disponían a “tomar las riendas del control de tráfico aéreo” en el aeropuerto, sin confirmar todavía que ya lo hubieran hecho.
El objetivo de esa medida es garantizar la seguridad del aeropuerto internacional de Kabul, con el fin de “permitir la salida segura del personal estadounidense y de sus aliados de Afganistán, en aviones civiles y militares”, indicaba ese comunicado.
Kirby precisó que Estados Unidos ha evacuado ya “a varios cientos de civiles, incluido personal (de su embajada) y ciudadanos estadounidenses” que estaban en Afganistán.
Para reforzar esa operación, el Pentágono autorizó este domingo el envío de 1.000 soldados más a Kabul, lo que significa que, en un plazo de 48 horas, habrá “aproximadamente 6.000” militares estadounidenses en el aeropuerto de la capital afgana, confirmó Kirby.
De esos, unos 3.000 se encontraban ya este domingo sobre el terreno en Kabul, precisó.
La misión de evacuación estadounidense tiene como principal objetivo evacuar a “miles” de ciudadanos estadounidenses y a los 4.000 empleados que trabajaron para la embajada estadounidense en Kabul, cuya sede se trasladó este domingo al aeropuerto de Kabul tras el asedio de los talibanes.
El Departamento de Estado y el Pentágono prometieron además sacar del país a “otros ciudadanos afganos particularmente vulnerables”, y “acelerar la evacuación de miles de afganos que cumplen los requisitos para obtener un visado especial de inmigrante de EE.UU.”
El Gobierno estadounidense prometió hace semanas que, antes de que acabara agosto y con él su retirada militar de Afganistán, ayudaría a evacuar del país a hasta 70.000 ciudadanos afganos, entre intérpretes y otros trabajadores que ayudaron a las tropas estadounidenses durante la guerra, junto sus familiares.
En su nota de este domingo, el Departamento de Estado recordó que “2.000 de ellos ya han llegado a Estados Unidos en las últimas dos semanas”, y aseguró que aquellos solicitantes de visado afganos que ya hayan completado “los controles de seguridad” serán “transferidos directamente” a territorio estadounidense.
El Gobierno estadounidense “encontrará lugares adicionales” a los que trasladar a aquellos que todavía no han completado ese proceso, para que esperen allí a terminar esos trámites antes de viajar a EE.UU., concluye el comunicado.
El proceso para obtener ese visado es complejo y puede durar años, por lo que Estados Unidos ha negociado con terceros países, como Catar o Kuwait, para intentar que acojan temporalmente a esos refugiados.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo este domingo a la cadena CNN que Washington también ayudaría a evacuar a otros afganos que no cualifican para obtener visados especiales, pero que apoyaron a su personal y ahora pueden enfrentar amenazas de los talibanes.
Sin embargo, la rápida caída de Kabul en manos de los insurgentes ha complicado esa operación de evacuación, especialmente para quienes tienen dificultades para llegar a la capital afgana.