Este viernes, el expolicía Derek Chauvin fue sentenciado a 22 años y medio de prisión en Estados Unidos por la muerte del joven afroamericano George Floyd.
Chauvin fue declarado culpable en abril por un jurado de asesinato involuntario en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años; y homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
Los fiscales del caso habían solicitado 30 años de prisión, mientras que la defensa pedía su libertad condicional. Además, los abogados del expolicía buscaban la realización de un nuevo juicio, lo que fue negado este viernes por el juez a cargo del caso, Peter Cahill.
Chauvin tendrá que cumplir 15 años de su condena tras las rejas y será elegible para libertad supervisada durante los otros 7 años y medio.
Cabe recordar que George Floyd murió el 25 de mayo del años pasado en Minneapolis, después de que el acusado le presionara una rodilla sobre su cuello por cerca de nueve minutos.
“La sentencia no se basa en la emoción o la simpatía”, dijo el juez Peter Cahill al dictar la pena en un tribunal de Minneapolis. Añadió en un breve discurso que tampoco se basaba “en la opinión pública”, sino en la ley y en los hechos específicos del caso.
Por su parte, la madre del expolicía señaló este viernes, en la visita de su sentencia, que su hijo era “un buen hombre”.
“Siempre he creído en tu inocencia y nunca dudaré de ello”, dijo Carolyn Pawlenty dirigiéndose a Chauvin mientras esperaba conocer su castigo.
“No importa dónde vayas, dónde estés. Siempre estaré allí para visitarte”, añadió, instando al juez a mostrar indulgencia con su hijo.