El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este martes que espera que el veredicto en el juicio por la muerte del afroamericano George Floyd sea el “correcto” y que las pruebas contra el expolicía Derek Chauvin son “abrumadoras”.
En dichos a la prensa en el Despacho Oval, Biden hizo sus declaraciones más claras hasta ahora sobre el proceso contra Chauvin y aseguró que había esperado a pronunciarse hasta que el jurado estuviera “aislado” y deliberando sobre el caso.
“Estoy rezando para que el veredicto sea el correcto. Las pruebas, en mi opinión, son abrumadoras”, dijo el presidente.
Biden recordó que este lunes habló por teléfono con la familia de Floyd, cuya muerte en mayo de 2020 dio la vuelta al mundo gracias a un video que mostraba cómo Chauvin le presionaba el cuello con su rodilla durante más de 9 minutos.
Añadió que no puede ni “imaginar la presión y la ansiedad que sienten” los familiares de Floyd, y subrayó que ellos “están pidiendo que haya paz y tranquilidad, sea cual sea el veredicto”.
El hermano menor de Floyd, Philonise Floyd, dijo a la cadena de televisión NBC que agradecía la llamada de Biden, porque “sabe lo que es perder a un miembro de la familia y conoce el proceso” por el que están pasando.
Philonise se refería al hecho de que Biden perdió, cuando tenía 29 años, a su primera mujer, Neilia, y su hija, Naomi, en un accidente, además de a otro de sus hijos, Beau, en 2015, por culpa de un cáncer cerebral.
“Nos estaba haciendo saber que estaba orando por nosotros, con la esperanza de que todo saliera bien”, agregó el hermano de Floyd.
El jurado del juicio está aislado desde el lunes en un hotel de Mineápolis y debe decidir por unanimidad si Chauvin es culpable o no de los tres cargos que enfrenta.
Esos cargos son el de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
La recta final de este juicio llega en un contexto de creciente tensión en el país tras la muerte por disparos de policías del afroamericano Daunte Wright, de 20 años, en Brooklyn Center (Minesota) y de Adam Toledo, de 13 años, en Chicago, ocurridos ambos en las últimas semanas.