Decidido a sacar a Estados Unidos de la peor crisis desde los años 1930, el futuro presidente Joe Biden presentará un nuevo paquete de estímulo por US$1,9 billones, que será seguido en las próximas semanas por un innovador plan de inversiones.
“Queremos avanzar lo más rápido posible”, dijo una alta fuente del equipo de Biden, quien asumirá el poder el próximo miércoles.
El paquete, que debe ser aprobado por el Congreso, establece que los estadounidenses reciban un nuevo cheque por US$1.400 por persona según sus ingresos.
El plan de US$900.000 millones adoptado en diciembre, considerado un “pago inicial” por Biden, había puesto ya US$600 en el bolsillo de cada persona, sujeto a ingresos.
Pero los demócratas, inusualmente alineados con el presidente republicano saliente Donald Trump, habían exigido US$2.000.
La asistencia adicional por desempleo, de la que aún viven 18 millones de estadounidenses, se extenderá hasta finales de septiembre, así como la posibilidad de tomar una licencia por enfermedad pagada en caso de contagio de covid-19.
“Ningún estadounidense debería tener que elegir entre poner comida en la mesa y ponerse en cuarentena para evitar la propagación” del virus, según estos altos funcionarios, que pidieron anonimato.
El texto también contempla la prórroga de la suspensión de los desalojos y ejecuciones Ahipotecarias de alquileres hasta finales de septiembre, así como el refuerzo de la ayuda alimentaria.
Estas medidas fueron puestas en marcha en marzo, como parte del gigantesco paquete de estímulo de US$2.200 millones, la llamada Ley Cares, que fue aprobada en menos de dos semanas por demócratas y republicanos, cuando una primera ola de la pandemia golpeada fuertemente partes del país.
Este plan de Biden también prevé un dispositivo para extender estas ayudas el tiempo que sea necesario.
Tests y vacunaciones
Además, Biden propondrá nuevas medidas en relación a la covid-19 comenzando por la aceleración del ritmo de las pruebas y las vacunaciones contra el virus para permitir reanudar la actividad económica.
Se estima que se necesitarán meses para que los restaurantes, bares, hoteles y aerolíneas recuperen el nivel correcto de actividad.
La reapertura de las escuelas, que todavía están cerradas en gran parte de Estados Unidos o a las que los estudiantes asisten solo a tiempo parcial, también es una prioridad para Biden.
El futuro presidente se fijó un plazo de 100 días para que la mayoría de los escolares regresen a la escuela, permitiendo así que sus padres vuelvan al trabajo.
La pandemia cobró un alto precio con las mujeres, que han tenido que renunciar o dejar masivamente de trabajar para ocuparse de sus hijos.
Biden también espera aumentar el salario mínimo a US$15 dólares la hora a nivel federal, más del doble de los US$7,25 actuales.
Una asignación de US$350.000 millones está prevista para permitir a las autoridades locales y nacionales mantener el empleo de educadores, policías, bomberos y trabajadores de salud pública.
Pero esta última medida corre el riesgo de despertar la ira de los republicanos en el Senado, que habían bloqueado a fines de 2020 cualquier plan de apoyo económico, incluidos los fondos para los municipalidades.
Esto puede complicar la aprobación del plan de Biden porque los demócratas tienen una mayoría muy estrecha en la Cámara Alta.
Sin embargo, no se mencionó el aumento de impuestos, previsto en su programa de campaña, para las empresas más grandes del país y las personas que ganan más de US$400.000 al año.
Trabajos “bien remunerados”
Este plan es ambicioso pero posible, consideraron los altos responsables del equipo Biden.
El plan de estímulo debe responder a la emergencia actual y evitar que Estados Unidos y sus ciudadanos se hundan más en la crisis, y será seguido de un plan de inversiones orientado a la recuperación económica, cuyos lineamientos se definirán en las próximas semanas.
Esta iniciativa tendrá que crear los millones de empleos “bien remunerados” prometidos por Biden durante su campaña, responder a la emergencia climática, o incluso reducir las desigualdades raciales.
Será Janet Yellen, quien se espera que se convierta en secretaria del Tesoro, equivalente a una ministra de Economía o Finanzas, quien deberá liderar las negociaciones con los legisladores en nombre del gobierno.
Aunque el desempleo se mantuvo estable en diciembre en Estados Unidos, en un 6,7%, esta es la primera vez desde mayo que la situación no mejora.