En su primera aparición pública desde el miércoles pasado, cuando instó a una turba a marchar hacia el Capitolio para “detener” la certificación de la victoria de su rival, Joe Biden, el presidente saliente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que el procedimiento de juicio político iniciado en su contra causa “una inmensa ira” entre sus partidarios.

Asimismo, calificó como “absolutamente ridículos” los procedimientos iniciados en su contra por el Congreso, de mayoría demócrata, bajo cargos de “incitación a la insurrección” y evitó responder a una pregunta directa sobre si pensaba renunciar afirmando que “no quiero más violencia”.

Trump realizó estas declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca poco antes de salir de viaje hacia Texas, donde visitará las labores de construcción del muro fronterizo, y en medio de la tensión política que vive el país tras las caóticas jornadas de la pasada semana.

EE.UU. vive un inaudito momento de convulsión política después de que una turba de seguidores del presidente Trump asaltase el Capitolio, lo que dejó cinco fallecidos, entre ellos un policía.

Minutos antes del asalto, el mandatario instó a sus seguidores a marchar hacia el Congreso para mostrar su fortaleza. “No retomarán nuestro país con debilidad” exclamó, a la vez que instaba a protestar pacíficamente.

Este martes no mostró señales de remordimiento al respecto: “La gente pensó que lo que dije fue totalmente apropiado”, respondió respecto del discurso en el cual envió a sus seguidores al Capitolio para ‘detener el robo’ de las elecciones que, según denuncia sin evidencia, habría sido víctima de fraude. “Y si miras lo que otras personas han dicho, políticos de alto nivel sobre las protestas de este verano (boreal), las horribles revueltas en Portland y Seattle y varios otros lugares, ese era el problema real”.

Trump vive los últimos días de sus mandato, dado que cederá la Presidencia al demócrata Joe Biden, quien ganó las elecciones de noviembre pasado y cuya toma de posesión se producirá en Washington el próximo 20 de enero bajo un enorme despliegue de seguridad.

Al abordar el helicóptero Marine One en la Casa Blanca para viajar a Texas, el mandatario republicano calificó su probable acusación por los demócratas de la Cámara de Representantes, que será examinada el miércoles, como una “continuación de la mayor caza de brujas en la historia de la política”.

Asimismo, calificó las restricciones de las redes sociales contra los mensajes que inciten a la insurrección o a acusar fraude electoral sin proveer evidencia como un “error catastrófico”.