El actor Jake Angeli saltó el jueves a la fama internacional al liderar, con un vistoso disfraz, el asalto en la sede del Congreso de Estados Unidos. Se trata de un activista de extrema derecha, seguidor de Donald Trump y la teoría QAnon, un movimiento conspiracionista que no ha dejado de crecer y ha prendido también en Europa.
Dentro de las imágenes dramáticas que ofrecía el asalto al capitolio, una, surrealista, desentonaba particularmente, la de un joven con la cara pintada con los colores de la bandera estadounidense, una cornamenta de búfalo y ataviado con un abrigo de piel que dejaba entrever sus tatuajes.
Su nombre es Jake Angeli, tiene 32 años, y es un actor de Arizona conocido en las redes sociales como “Q-Shaman”. Dicho de otro modo, el “chamán Q”, una referencia a la teoría conspirativa QAnon, popular entre los más férreos seguidores de Donald Trump.
El movimiento QAnon cree que un proyecto satánico y pedófilo está controlando secretamente el gobierno de los EE.UU. y el país entero. Esta malvada red estaría formada por personalidades del Partido Demócrata, como Hillary Clinton o Barack Obama, pero también por estrellas del mundo del espectáculo y hombres de negocios influyentes. Y, según la creencia de QAnon, Donald Trump está librando una guerra clandestina para liberar a los Estados Unidos de este grupo malvado.
Hace un año, el FBI llamó a QAnon una “amenaza potencial de terrorismo doméstico”. Ya se han cometido varios actos de violencia en relación con este movimiento. Entretanto, Francia, Alemania y el Reino Unido, entre otros países europeos, ya tienen una constelación de foros de discusión, sitios web, canales de YouTube también dedicados a “Q”.
Seguidores de Trump intentaron en las últimas horas convencer sin pruebas en las redes sociales de que Angeli, como el resto de las personas que irrumpieron en el Capitolio, eran en realidad miembros del movimiento izquierdista “Antifa” disfrazados de seguidores de Trump. Sin embargo, la identificación de los participantes apunta claramente a simpatizantes de extrema derecha.
Aparte de las declaraciones inequívocas de Angeli, la mujer que murió por un disparo policial en el Capitolio fue identificada como Ashli Babbitt, ex militar residente en San Diego y abiertamente simpatizante de Donald Trump y QAnon, como explicaba en sus redes sociales.
Otro hombre identificado es Richard Barnett, de 60 años, oriundo de Arkansas y líder de un grupo local que defiende el derecho a portar armas. Irrumpió en la oficina de la líder de la cámara de representantes Nancy Pelosi.
Tim Gionet, más conocido como “Baked Alaska”, es un activista nacionalista blanco que transmitía en vivo desde dentro del Capitolio.
Entre la multitud del jueves aparecieron también múltiples símbolos de la extrema derecha: la bandera confederada, retirada de la bases militares y de varios edificios públicos por simbolizar la época de segregación y la bandera de la milicia anti gobierno llamada 3%. Presentes también los Proud Boys, un grupo ultraderechista, y cuyo líder fue detenido hace unos días por quemar una bandera del movimiento Black Lives Matter.