En las elecciones al Senado de Georgia, está en juego la gobernalidad del futuro presidente estadounidense, Joe Biden. En caso de derrota, los republicanos amenazan con ofrecer resistencia.
Kareem y Jessica Sterling visitan el monumento a Martin Luther King en Atlanta, Georgia, con regularidad. Les brinda fuerza y paz. Especialmente ahora, en esos primeros días del Año Nuevo, inusualmente fríos para la región. “Siempre tenemos que recordar lo lejos que hemos llegado. No debemos dejar de luchar por nuestros derechos”, dice Kareem.
La pareja es de Georgia y les encanta viajar. A ambos les gusta Hamburgo, Berlín, Europa. Y ahora temen por la paz en su propio país. “Hay mucho en juego, mucho”, dice Kareem. “Finalmente necesitamos un buen sistema social que sea justo y nos apoye a todos”, asegura.
Siguen muy de cerca la disputa por los dos escaños del Senado, pero prefieren no posicionarse políticamente. “Definitivamente estoy en contra de la violencia. Y espero que quien llegue al poder continúe en el camino de Martin Luther King”, afirma.
Campaña electoral en el Harlem del sur
Sam Denney también está en esta parte de la ciudad, conocida como el “Harlem del sur”. Durante décadas, este fue el corazón de la vida de los negros de Atlanta, con muchas tiendas y restaurantes. Las oficinas editoriales de los periódicos para la población afroamericana estaban aquí al igual que la Iglesia Bautista Ebenezer, el templo donde predicaba Martin Luther King.
Denney llegó del norte hace una semana. Trabaja en un grupo de expertos en Washington. Y ahora está aquí para hacer campaña. Si los republicanos ganan, mantendrán la mayoría en el Senado y podrían bloquear la mayoría de los planes de campaña del presidente. Va de casa en casa, hablando con la gente y tratando de convencerlos para que vote. Al final, dice, dependerá de quién tenga más votos.
El joven no oculta su inclinación política, es demócrata: “Si los demócratas no obtienen la mayoría en el Senado, los republicanos bloquearán todos los proyectos importantes, desde paquetes de ayuda económica hasta inmigración y protección climática”. En este caso, su pronóstico para el futuro presidente demócrata es sombrío: “Joe Biden perderá desde el primer día”.
500 millones de dólares en donaciones
Nunca en la historia de Estados Unidos se ha invertido tanto dinero en una campaña para escaños en el Senado. Se gastaron más de 500 millones de dólares estadounidenses luchando por la mayoría en el Senado, precisamente porque se trata de mucho más que representar a un Estado. Dos demócratas desafían a los titulares republicanos, David Perdue y Kelly Loeffler.
Uno de los candidatos demócratas es Jon Ossoff. En una entrevista con Deutsche Welle, reafirmó la destacada importancia que tiene esta elección. Habla de la asistencia sanitaria como un derecho humano en Estados Unidos, de las energías renovables y promete una nueva ley de derechos civiles “para que todos tengan los mismos derechos, independientemente del color de la piel”.
Raphael Warnock es el otro candidato demócrata. Desde 2005 ha sido el pastor principal de la Iglesia Bautista Ebenezer, la Iglesia de Martin Luther King. Con sus apariciones conjuntas, han recaudado más de 200 millones de dólares en donaciones en solo dos meses.
Lucha por el poder en lugar de luchar contra la pobreza
Jessye Gleaton recauda dinero en su comunidad para comprar alimentos y distribuirlos entre los necesitados de la zona. Trae pan y carne, que los residentes del campamento reciben con gratitud.
¿Votará por el demócrata Warnock? Para Jessye Gleaton, esta no es la pregunta correcta: “En lugar de invertir millones en la campaña electoral, ¿por qué no vienen aquí y ven cómo está realmente la gente? Aquí es donde se necesita el dinero. Pero a nadie le importa. Solo importa el poder”. Además, se queja de que “a menudo tenemos la sensación de que los que están ahí arriba nos patean como a una pelota”.
Los demócratas tienen que convencer a los escépticos
Son los escépticos como Gleaton, quienes se sienten abandonados por los representantes políticos, que los demócratas necesitan para ganar con mayoría en estados como Georgia.
Una persona que ayudó a Joe Biden a ganar las elecciones presidenciales y asegurar una victoria para los demócratas es Stacey Abrams. Su retrato adorna la pared de una casa en este distrito histórico donde los problemas actuales de Georgia parecen encapsulados como en un microcosmos.
Carter Crenshaw, un exrepublicano que renunció a su partido debido a Donald Trump y dirigió la campaña Republicanos por Joe (Biden) (GOP por Joe), explica su receta para el éxito: “Ella (Stacey Abrams) entendió que los demócratas solo pueden crecer si realmente dejan de ir hacia la derecha. Tienen que lidiar con los problemas reales y así atraer a las urnas a los no votantes anteriores”. Carter Crenshaw tiene una gran confianza en ella: “Definitivamente algún día será presidenta de Estados Unidos”.
Republicanos amenazados
Se supone que no habrá resultados fiables la noche del 5 de enero y que el conteo puede llevar días. Donald Trump convocó a una manifestación en Washington el 6 de enero. Y el alcalde de la capital pide mantenerse alejado de la manifestación por motivos de seguridad.
El senador texano Ted Cruz también participará en esta marcha de protesta contra las elecciones presuntamente fraudulentas. Se dice que quiere ser el próximo presidente en 2024 y quiere atraer a los votantes de Trump.