Una demanda arriesgada de Texas contra cuatro estados clave en las elecciones del 3 de noviembre le dio al presidente Donald Trump una nueva esperanza de estancar, si no anular, la victoria del demócrata Joe Biden.
Texas, un estado sureño en el que ganó Trump, presentó la demanda el martes por la noche contra Michigan, Georgia, Pensilvania y Wisconsin, cuestionando la victoria de Biden en cada uno de los cuatro estados.
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, solicitó a la Corte Suprema que congele rápidamente el proceso mediante el cual los recuentos de votos estatales se traducen en electores en el Colegio Electoral, cuyos miembros designarán oficialmente al ganador presidencial el 14 de diciembre.
En ausencia de la intervención del tribunal, señala la demanda de Paxton, confirmar la victoria de Biden tendrá como resultado “manchar las elecciones y el futuro de las elecciones libres”.
La demanda fue vista como audaz y apenas legalmente sólida, dado que ningún estado tiene ningún derecho legal a interferir en los procesos electorales de otro.
Texas alegó que los resultados en los otros cuatro estados eran “inconstitucionales” debido al uso intensivo de votos por correo “propensos al fraude” durante la pandemia de coronavirus reinante.
No ofreció, sin embargo, pruebas de fraude significativo y no impugnó el uso de boletas por correo en los estados que ganó Trump.
La demanda citó numerosos supuestos ejemplos de fraude potencial ya rechazados repetidamente por los tribunales en docenas de casos planteados por la campaña de Trump.
Fue respaldada por otros 17 estados en los que se registró la victoria de Trump, y por el propio mandatario, quien presentó su propia solicitud al tribunal para que intervenga.
“Hay evidencia masiva de fraude generalizado en los cuatro estados (y más) mencionados en la demanda de Texas. ¡Sólo mire todas las cintas y declaraciones juradas!”, señaló el republicano en su cuenta de Twitter.
De momento, no hay dudas de que Biden ganó la presidencia y cuenta con 306 votos electorales para ser confirmado el 14 de diciembre, frente a los 232 de Trump.
La procuradora general de Michigan, Dana Nessel, estuvo entre los expertos en criticar la demanda y consideró la iniciativa “un truco publicitario, no un alegato legal serio” de su contraparte de Texas.