El jefe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Bill Barr, le dio este lunes a fiscales federales de todo el país una autorización general para abrir investigaciones sobre irregularidades en el voto, mientras el mandatario Donald Trump sigue afirmando que perdió las elecciones presidenciales debido a que hubo fraude.
Barr, un leal escudero de Trump, indicó en su carta a los fiscales de todo el país que esto no es una indicación de que el Departamento de Justicia tenga ya evidencia de casos genuinos en la elección que ganó el demócrata Joe Biden.
Sin embargo, esto libera a los funcionarios de antiguas restricciones para este tipo de investigaciones, en medio de un agudo debate político en Estados Unidos en el que los republicanos denunciaron que hubo votos ilegales e ilegalidades en el conteo, sin aportar evidencia.
“Dado que las votaciones en las actuales elecciones concluyeron, los autorizo a investigar denuncias significativas de irregularidades en el voto y en el proceso de recuento, antes de la certificación de las elecciones en sus jurisdicciones”, indicó Barr.
El alto funcionario nombrado por Trump dijo a los fiscales que “estas investigaciones o revisiones deben ser conducidas cuando hayan denuncias que sean claras y aparentemente creíbles de irregularidades, que si se comprobaran ciertas, podrían potencialmente tener impacto en el resultado de la elección federal en un determinado estado”.
Habitualmente, las investigaciones de fraude son competencia de los estados, que establecen sus reglas.
La política hasta ahora del Departamento de Justicia ha sido de esperar que los recuentos de votos estén certificados, se complete el recuento y que ya hayan concluido las elecciones antes de implicarse.
Barr dijo a los fiscales que esta práctica nunca ha sido una regla tan fuertemente vinculante y que si ven cualquier elemento que pueda revertir los resultados de la elección del 3 de noviembre, deberían investigarlo.
Trump, en una postura sin precedentes para un presidente estadounidense, sigue sin reconocer el triunfo de su rival, insistiendo en las acusaciones de fraude. Pero aunque su equipo ha recurrido a los tribunales, no se han conocido pruebas de irregularidades significativas.
El equipo del mandatario lucha por impugnar los resultados y revertirlos en varios estados claves donde Biden ganó por un estrecho margen: Pensilvania, Nevada, Georgia y Arizona.
Estos votos le dieron al demócrata la mayoría en el Colegio Electoral suficiente para ganar la elección presidencial de Estados Unidos.