874 personas han perdido la vida en lo que va de este 2020 a manos de la policía en EEUU, según datos recogidos por el Mapping Police Violence. El 28% de ellos corresponde a afroestadounidenses, pese a que representan sólo el 13% de la población norteamericana.
¿El último de ellos? Walter Wallace Jr., quien sufría de problemas de salud mental según su familia y que -como muestra un video que circula en las redes sociales- recibió varios disparos de dos uniformados.
Su muerte reactivó las protestas a sólo pocos días de las elecciones de EEUU, fenómeno que podría -junto al resto de las movilizaciones que se iniciaron con el asesinato de George Floyd- en un factor clave para determinar un vencedor en la carrera presidencial que disputan Donald Trump y Joe Biden.
Pero… ¿Qué se necesita para que el electorado afroestadounidense marque la diferencia este año?
La respuesta es tan simple como obvia: participación.
Al menos así lo explica el profesor y presidente emérito de Ciencias Políticas de la Howard University, Lorenzo Morris, quien durante una actividad internacional organizada por los Centros de Prensa Extranjera del Departamento de Estado de EEUU -a la que tuvo acceso BioBioChile- analizó el rol que jugará la población negra en este proceso.
Todo “depende de cuán estrecha uno cree que esta elección será. Si ganan los demócratas, no podría ser más determinante (el voto afroamericano), pues en todas las elecciones anteriores la participación de los blancos ha sido estable”, dice el experto.
Precisamente, el porcentaje de participación de los ciudadanos blancos ha sido superior en prácticamente todas las elecciones, salvo en 2012, cuando Barack Obama fue reelegido junto a su compañero de fórmula, el entonces vicepresidente Joe Biden (ver gráfico).
Según vaticina el académico, es muy probable que la participación negra para este año sea mayor a la de procesos anteriores o que “por lo menos se mantenga en el alza sostenida desde después de los años 60”.
Factor BLM
Morris explica que históricamente el voto afroestadounidense ha sido movilizado por grupos. “Antes era en las iglesias y ahora es en áreas en las que Black Lives Matter tiene una influencia, como en la gente joven”.
El colectivo -también conocido por sus iniciales BLM o como Las Vidas de los Negros Importan- dio sus primeros pasos a través de redes sociales en 2013 y adquirió especial notoriedad un año después tras los asesinatos de Michael Brown y Eric Garner, que desataron masivas protestas en Ferguson y en Nueva York.
Desde entonces han puesto sobre el tapete la brutalidad policial, han abogado por reformas para avanzar en la justicia racial y -más recientemente- han encabezado numerosas campañas para que comunidades negras se involucren en política y voten.
Y aunque no hacen un llamado explícito a votar por Biden, sí lo hacen para hacerlo en contra de Trump, quien durante el primer debate presidencial encendió aún más los ya caldeados ánimos de los afroestadounidenses al negarse a condenar a supremacistas blancos, con su ya famosa frase “Proud Boys, retrocedan y esperen (stand back, stand by)”, en alusión a un grupo neofascista fundado en Nueva York en 2016.
La respuesta de BLM fue inmediata: “Debemos tomar nuestra angustia, nuestra energía y nuestro VOTO para luchar y así visibilizar las comunidades desatendidas”, versa la declaración de la agrupación emitida tras el debate, en la que una vez más llaman a sufragar.
Justamente, Morris dice que este año el electorado podría responder a grupos como éste, aunque advierte: “El problema con Black Lives Matter es que el nivel de participación de los jóvenes nunca ha sido tan dramática”, por lo que -insiste- todo dependerá del grado de participación.
Biden o Trump, todo sigue igual
Aunque parezca paradójico, el futuro del movimiento podría mantenerse igual, independiente de quién se quede con la Casa Blanca.
“Puedo decir esto porque (BLM) comenzó con el empático apoyo de Obama durante su gestión”, reflexiona.
Y añade: “Probablemente el movimiento crezca bajo cualquiera de los dos, porque los asuntos que ellos confrontan están concentrados en un nivel local y estatal”, y no en la esfera nacional de la que se hace cargo el Presidente.
En esa línea, añade que dadas estas características es muy posible que el movimiento persista, aunque bajo la eventual reelección de Trump es más probable que “sea más disruptivo”.
De acuerdo a una de las últimas mediciones de la Quinnipiac University, un 81% de los votantes negros se inclina por Biden, quien eligió como compañera de fórmula en la vicepresidencia a Kamala Harris, primera mujer negra de la historia en postular a ese cargo, lo que puede leerse como un guiño de los demócratas a la comunidad afroestadounidense.
Donald Trump, en tanto, pese a impulsar el pasado viernes un plan que incluye promesas como “procesar al Ku Klux Klan (KKK), y declarar “Juneteenth”, la fiesta que conmemora el fin de la esclavitud cada 19 de junio, como festivo federal”, según recoge DW, se lleva sólo un 5% de los preferencias.
Todo se decidirá este 3 de noviembre.