El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aún enfermo de covid-19, bregó el martes por encarrilar su campaña de reelección ante el avance de su rival, el candidato demócrata Joe Biden, quien apeló a la unidad del país cuando faltan cuatro semanas para los comicios del 3 de noviembre.
Convaleciente en la Casa Blanca luego de tres noches hospitalizado, el mandatario republicano, de 74 años, volvió a minimizar la amenaza de la pandemia, mientras que el exvicepresidente de Barack Obama, de 77, dio negativo nuevamente en la prueba del coronavirus y siguió recorriendo el país llamando a salvar “el alma de Estados Unidos”.
“Los medios de noticias falsas (…) solo quieren hablar de la covid-19”, se quejó Trump en Twitter, molesto porque – según dijo – no mencionan lo “bien” que está la economía.
En ese ámbito, sin embargo, él mismo provocó olas al romper abruptamente las negociaciones con los demócratas para un nuevo plan de ayuda a modo de mitigar el impacto de la pandemia en los hogares y las empresas, suspendiéndolas hasta “después que gane”.
Su decisión hizo caer en picada a Wall Street, que cerró en rojo. Por su parte, Biden no tardó en acusarlo de “dar la espalda” a los estadounidenses.
El tumultuoso día de Trump estuvo signado por una nueva encuesta de intención de voto favorable a Biden.
Un sondeo de CNN/SSRS mostró al exvicepresidente 16 puntos por encima del mandatario (57% a 41%), luego que otro de NBC News y Wall Street Journal – publicado el domingo – señalara una diferencia de 14 puntos de Biden frente a Trump (53% a 39%).
“Los mismos encuestadores mostraron al presidente perdiendo en 2016. Ganó la carrera entonces y está haciendo lo mismo ahora”, dijo en Fox News Hogan Gidley, secretario de prensa de Trump 2020.
“Fuerzas oscuras”
En los estados clave para ganar la elección Biden aventaja a Trump por un promedio de 4,4 puntos, según el compilado de encuestas de RealClearPolitics.
Desde Pensilvania, uno de esos “campos de batalla”, Biden redundó en sus llamados a superar la polarización y el odio.
“Las fuerzas oscuras, las fuerzas de la división, las fuerzas del ayer nos están separando, sujetando y reteniendo”, dijo Biden en el sitio de la famosa batalla de Gettysburg donde – en 1863 – los unionistas de Abraham Lincoln obtuvieron una victoria decisiva sobre los confederados.
“No podemos y no permitiremos a los supremacistas blancos acabar con el Estados Unidos de Lincoln y (los abolicionistas) Harriet Tubman y Frederick Douglass”, agregó.
Biden no mencionó a Trump pero sus comentarios fueron una semana después de que el mandatario se negara a condenar directamente el nacionalismo blanco durante el primer – y polémico – debate presidencial en Cleveland, Ohio.
En un video de 24 minutos, la popular ex primera dama Michelle Obama reafirmó el mensaje de Biden tildando a Trump de “racista” y señalando que su estrategia de asustar, dividir y promover teorías conspiratorias podría “destruir” a Estados Unidos si es reelecto.
“Extremadamente bien”
Trump insistió en proyectar una imagen de líder intrépido que doblegó a la covid-19 luego de sugerir que puede ser “inmune” al virus y llamar a no temerle ni dejarse dominar por él.
El médico de la Casa Blanca, Sean Conley, dijo que el mandatario, que recibió un cóctel de terapias experimentales tras el anuncio de su diagnóstico positivo el viernes, no reportó “ningún síntoma” de la enfermedad y seguía “extremadamente bien en general”.
“¡ME SIENTO BIEN!”, tuiteó Trump. “Estoy deseando que llegue el debate de la noche del jueves 15 de octubre en Miami. ¡Será genial!”, añadió, sobre el segundo duelo programado con Biden.
El candidato demócrata, sin embargo, dijo que se opondría a debatir con el presidente la próxima semana si este todavía seguía enfermo con covid-19. “Espero que se sigan todos los protocolos”, dijo Biden.
Este miércoles la compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, y el vicepresidente Mike Pence se encontrarán en Utah para su único duelo previsto, en el que estarán separados por una barrera de plexiglás.
Con más de 210.000 muertos en los últimos siete meses, la covid-19 se encamina a ser la tercera causa de muerte en Estados Unidos este año.
El jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley, se puso en cuarentena luego de que el número dos de la Guardia Costera, el almirante Charles Ray, anunciara que había dado positivo a covid-19.
El martes por la noche también se supo que Stephen Miller, uno de los asesores más cercanos de Trump y artífice de su política antiinmigración, también está infectado.
Pero Trump volvió a restarle gravedad a la pandemia, retomando en un tuit uno de sus antiguos argumentos al compararla con la gripe estacional y asegurar que el país no se detiene por los “a veces más de 100.000” personas que mueren al año “incluso a pesar de la vacuna”.
Esa cifra de muertos, no sustentada por las autoridades sanitarias estadounidenses, hizo que Twitter etiquetara más tarde el tuit de Trump como “información engañosa y potencialmente dañina relacionada con covid-19”.