Estados Unidos dijo este jueves que rechazará la solicitud de visado a tres altos funcionarios de Pekín como castigo al trato que reciben en China los uigures y otros musulmanes turcos, la primera gran medida para frenar esos “horribles” abusos.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que la medida respondía a los “horribles y sistemáticos abusos” en la región occidental de Xinjiang, que incluyen trabajo forzado, campos de concentración y esterilización involuntaria.
“Estados Unidos no se quedará sin hacer nada mientras el PCC (Partido Comunista Chino) lleva adelante abusos a los derechos humanos que apuntan a los uigures, kazakos étnicos y miembros de otros grupos minoritarios en Xinjiang”, dijo Pompeo en un comunicado.
Entre los funcionarios a los que se les negará la entrada al país figura Chen Quanguo, el secretario del Partido Comunista para la región de Xinjiang, a quien se considera el arquitecto de las políticas de línea dura de Pekín contra estas minorías étnicas y religiosas.
También Wang Mingshan, director de la oficina de seguridad pública de Xinjiang, y Zhu Hailun, un ex líder comunista en esa región, han sido afectados plenamente por las sanciones.
Además, sanciones del Departamento del Tesoro convierten en delito las transacciones financieras con cualquiera de esos tres ciudadanos chinos y una cuarta persona, Huo Liujun, ex funcionario de seguridad que no está contemplado en la restricción de las visas.
Según testigos y organizaciones defensoras de los derechos humanos, China ha sometido a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas a una campaña de lavado de cerebros en centros de detención masiva con el objetivo de homogeneizar a sus integrantes dentro de la mayoría Han.
Pekín niega esas acusaciones y habla de centros de formación profesional, cuyo objetivo es que esta población encuentre un empleo y no caiga en el extremismo o el terrorismo, una amenaza de dice que comparte con Estados Unidos.
En una teleconferencia de prensa, Pompeo dijo el jueves que la situación de estos grupos en China configuraba “la mancha del siglo”, y en otras oportunidades la comparó con el Holocausto judío a manos del régimen nazi.
Las sanciones a los funcionarios se producen en un clima de tensión con varios frentes entre las dos potencias mundiales, que incluye asuntos comerciales, la soberanía de Hong Kong y la pandemia del nuevo coronavirus.