Nancy Pelosi y Mitch McConnell, dos veteranos legisladores en la cúspide de sus carreras, disputan un duelo en sus respectivas cámaras del Congreso de Estados Unidos para definir el destino de Donald Trump.
Casi octogenarios, ambos son maestros del juego político, una extraña pareja que ha ascendido a posiciones clave en el Poder Legislativo estadunidense por su astucia.
Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, es calmada, dura y actúa bien bajo presión. Es la líder de los demócratas en el Congreso y la némesis de Trump que ha guiado a sus pares a través de una divisiva investigación de juicio político.
Este ícono del poder femenino estadounidense mantuvo a su grupo lo suficientemente unido para que se concretaran las acusaciones contra Trump por abuso de poder y obstrucción del Congreso, que la Cámara Baja aprobó la noche del miércoles, tras diez horas de debate.
No obstante, Pelosi enfrenta su propia oposición ya que, en el extremo opuesto del Capitolio, McConnell, líder de la mayoría republicana del Senado, se ha convertido en el principal defensor de Trump.
“No habrá ninguna diferencia entre la posición del presidente y la nuestra”, aseguró antes de que se conociera el resultado de la votación del miércoles para cortar cualquier especulación sobre posibles deserciones en el campo republicano.
Así, el par Pelosi-McConnell interpreta ante la tribuna y las cámaras un duelo histórico en el proceso para sentenciar o exonerar al 45 presidente de Estados Unidos.
Durante años, McConnell ha utilizado su magia procedimental para atar a los demócratas y embestir la agenda de su partido, o bloquear las prioridades de sus rivales.
Todas las señales sugieren que ordenará a sus soldados del Partido Republicano para que mantengan la línea en el juicio en el Senado y ayuden a Trump a evitar una condena que lo expulse de la Casa Blanca.
“No soy un jurado imparcial”, dijo McConnell a periodistas el martes.
Lucha de titanes
Pelosi, de 79 años, fue elegida por primera vez al Congreso en 1987 y ha sido una espina en el costado de Trump desde que el presidente asumió el poder, pero particularmente desde enero cuando se convirtió en la líder de la Cámara.
Por su parte, McConnell, de 77, ingresó al Senado en 1984 y sigue siendo una fuerza potente, empleando un cálculo político a sangre fría.
“McConnell es un maestro en navegar el proceso legislativo y la forma en que está dispuesto a utilizar el procedimiento para lograr sus resultados es bastante notable”, dijo a la AFP Jennifer Lawless, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Virginia.
Según Lawless, McConnell tiene relativamente poco en juego porque su principal misión es mantener feliz a la Casa Blanca.
“Es casi inaudito que 20 republicanos deserten”, dijo, refiriéndose a la cantidad de republicanos en el Senado de 100 miembros que necesitarían votar con los demócratas para condenar a Trump en el juicio.
“Es mucho más importante para Pelosi solidificar su legado y hacer que pase en la Cámara”, dijo Lawless sobre la acusación antes de la votación de la Cámara de Representantes.
La líder demócrata se había mostrado reacia a lanzar la investigación, temiendo una reacción negativa, después de la investigación de dos años sobre la injerencia electoral de Rusia en 2016.
Pero concluyó que Trump violó su juramento a la Constitución de Estados Unidos al presionar a Ucrania a investigar a su rival demócrata en las elecciones de 2020, Joe Biden, y que debe rendir cuentas.
Un ajedrez tridimensional
Pelosi nació y creció en una familia de políticos. Su padre y uno de sus hermanos fueron alcaldes de su ciudad natal, Baltimore. Ya de adulta entró al Congreso para representar a San Francisco.
Como una moderada en el bastión liberal de California, en parte atribuye su propio éxito a la capacidad de “recibir un golpe”.
En los últimos años, Pelosi se ha ganado su estatus entre los demócratas por atreverse a enfrentarse cara a cara con el presidente y, a juicio de Lawless, esta emplea una cierta “inteligencia política” que la ayuda a controlar a un grupo demócrata históricamente diverso.
Cuando se trata del ajedrez tridimensional de Washington, “creo que Pelosi es la mejor”, declaró en su oportunidad el senador demócrata Sherrod Brown.
Durante la histórica votación del miércoles, Pelosi demostró su capacidad para atraer a demócratas electos en distritos de tendencia republicana que eran escépticos de la acusación.
¿Podría la cruzada de Pelosi para acusar a Trump costar a los demócratas las elecciones presidenciales y legislativas en 2020? Solo se sabrá en once meses si sus instintos fueron correctos.