El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afecto a las burlas e insultos hacia sus adversarios políticos, consideró este domingo que Corea del Norte se extralimitó al calificar al exvicepresidente demócrata Joe Biden como un “perro rabioso”.
Pyongyang, en un rapto de violencia verbal inusitada, dijo el viernes en un comunicado que “los perros rabiosos como Biden pueden hacer daño a mucha gente si se les permite correr libremente”.
“Deben ser castigados a muerte con un palo, antes de que sea demasiado tarde”, agregó el despacho de la agencia oficial norcoreana de noticias, KCNA.
“Sr. presidente, Joe Biden puede ser un dormido y muy lento, pero no es un ‘perro rabioso’. Es en realidad algo mejor que eso”, respondió Trump en su cuenta de Twitter, en defensa del que quizá sea su rival en las elecciones de 2020 y aludiendo al líder del país asiático, Kim Jong Un, con quien se ha reunido tres veces.
El millonario republicano, en su tuit, aclaró también que él y solo él puede ayudar a la aislada nación de la península coreana, gobernada con mano de hierro por tres generaciones de la familia Kim.
“Yo soy el único que puede llevarlo a donde tiene que estar. Debería actuar rápidamente, cerrar el acuerdo. ¡Hasta pronto!”, añadió.
Aún no está claro qué fue lo que provocó el enojo de Corea del Norte con Biden, pero el comunicado se dio a conocer luego de que se divulgara un aviso de la campaña del exvicepresidente en el que condena la política exterior de la administración de Trump.
En la pieza se escucha la frase “se elogian dictadores y tiranos, nuestros aliados desplazados”, y la palabra “tiranos” coincide con una imagen del apretón de manos entre Trump y Kim en Singapur, en 2018.
Tampoco está claro si la defensa de Trump fue sincera o burlona, especialmente por la utilización de la frase “es en realidad algo mejor que eso”, tampoco si el presidente está aprovechando la oportunidad para retomar el contacto con el líder norcoreano.
Las negociaciones por la desnuclearización de Corea del Norte están en suspenso después del fiasco del segundo encuentro entre Trump y Kim en Hanói, en febrero.
Desde entonces, el régimen de Kim ha aumentado las tensiones con una serie de pruebas de misiles y una nueva ronda de negociación, que comenzó en octubre en Estocolmo pero que tampoco logró ningún avance entre las partes.