Si usted tuviera 12 mil 666 millones de dólares, ¿dónde los escondería? ¿Qué haría con ellos? Esa es la pregunta que se hacen el gobierno de Estados Unidos y México desde la semana pasada, cuando la corte de Distrito Este de Nueva York ordenó confiscar esa cantidad de dinero al narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, líder del Cartel del Sinaloa, junto con la sentencia de cadena perpetua.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reclamó ese dinero para México y es un tema de “justicia ”, aunque lo cierto es, como se comentó la semana pasada, que durante 18 años de la llamada guerra contra el narcotráfico, los predecesores de López Obrador fracasaron por completo en la confiscación de bienes al capo y a su familia.
El gobierno de Estados Unidos, la primera potencia del mundo, no lo ha hecho mejor. Mariel Colón, quien forma parte del equipo de defensa del capo en NY, en una llamada telefónica me comentó que hasta el momento el gobierno de Estados Unidos no le ha confiscado nada al capo mexicano.
“Al señor Guzmán Loera no se le han encontrado propiedades o bienes materiales a su nombre. Es ridícula la cantidad de 12, el señor Guzmán no tiene esa cantidad de dinero… la restitución del dinero es una mera formalidad, el mismo gobierno (de Estados Unidos) sabe que el señor Guzmán no tiene esa cantidad de dinero”.
El experimentado Jeffrey Litchman, quien encabeza la defensa del capo en NY y tiene en su haber clientes como el jefe de la mafia en NY John Gotti Jr., entrevistado por diversos medios luego del fallo del juez Brian Cogan dijo en tono casi irónico: “Si no hay activos, no hay nada que pagar”. Ellos han estado buscando sus activos por cuanto tiempo, ¿décadas?
El gobierno de Donald Trump, desde antes de la sentencia, anunció que el dinero que se le decomisara a El Chapo sería utilizado para construir el muro en la franja fronteriza entre México y Estados Unidos.
¿Y en México, ese dinero para que sería útil? De acuerdo al análisis hecho al gasto público programado para 2019 con los 12 mil 666 millones de dólares, la administración de López Obrador podría financiar prácticamente toda la operación anual de las oficinas de gobierno relacionadas con la procuración de justicia, seguridad interna y seguridad nacional.
El presupuesto de 2019 del Poder Judicial es de 3 mil 264 millones de dólares, el de la Secretaría de la Defensa Nacional 4 mil, 803 millones de dólares. La Secretaría de Gobernación 3 mil 117 dólares.
La Fiscalía General de la República 787 millones de dólares. La Secretaría de Marina 1 mil 645 millones de dólares. En total suman un gasto anual de 13 mil 616 millones de dólares. Parte de las tareas de todas estas instituciones es combatir al crimen organizado, capos como El Chapo, investigarlos, capturarlos y sancionarlos.
Una condena con sabor a fracaso
Pero ¿por qué hasta ahora ni el gobierno de Estados Unidos ni el de México han sido capaces de encontrar siquiera una fracción de la fortuna calculada a El Chapo?
La verdadera derrota de un jefe del crimen organizado no es la sentencia a cadena perpetua, sino la pérdida de los bienes acumulados, explica Roberto Scarpinato, Procurador General de Palermo, quien tiene más de 25 años luchando contra el crimen organizado y tiene en su haber una cifra récord en la confiscación de bienes a la mafia siciliana. Tan solo de 2008 a 2010 les arrebató 5 mil millones de dólares en Italia y el resto del mundo.
“La mentalidad de estas personas es: ‘mientras yo estoy en la cárcel, mi dinero trabaja para mí fuera de la cárcel; en cualquier caso, aunque yo estoy en la cárcel, he asegurado un futuro a mi familia y mi nombre sigue teniendo poder, por lo tanto no es un fracaso’.”
Explicó que el dinero confiscado en efectivo o cuentas bancarias confiscadas se integra al presupuesto del Estado y es destinado principalmente al resarcimiento de las víctimas de la mafia. Las propiedades confiscadas pueden ser utilizadas con finalidad social: un asilo, una oficina de gobierno, un centro contra las adicciones. Y las empresas que eran propiedad directa o indirecta de la mafia son administradas por el Estado.
Sí, pero ¿cómo encontrar el dinero de El Chapo? “En Italia iniciamos las investigaciones sobre el patrimonio simultánemente a la investigación sobre la persona. Cuando concluimos la investigación arrestamos simultánemente a la persona y confiscamos los bienes para impedir que ellos los desaparezcan”, explica el Procurador.
Una vez que los integrantes de un clan mafioso son detenidos, continúa una investigación para encontrar bienes que hayan sido ocultados “en modo más profundo”. “Las investigaciones patrimoniales se hacen también a todos los parientes de la personas investigadas: esposas, hijos, hermanos, primos, y a todas las personas que tienen una relación de confianza tal que podrían ser prestanombres, ya sean amigos, novias, amantes…”
En Italia existe el delito de “falsedad en declaraciones de bienes”. Una vez que se localizan indicios claros de bienes no justificados en los presuntos cómplices se comienza una nueva investigación de los bienes de toda su familia y personas de confianza. “Si el patrimonio localizado al prestanombres no corresponde a sus declaraciones fiscales y no puede demostrar con qué dinero ha comprado los bienes, el patrimonio es confiscado”.
La misma semana que El Chapo fue sentenciado, la Procuraduría General de Palermo hizo un operativo conjunto con el gobierno de Estados Unidos en Palermo y Nueva York para detener a miembros de los clanes Inzerillo y Gambina, de la Cosa Nostra. En una interceptación ambiental uno de los miembros del clan Inzerillo afirmó: “La cosa más terrible es que confisquen bienes”.
Mientras no se localizan los supuestos millones de El Chapo, en julio su hija Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar presentó públicamente la línea de ropa y accesorios “El Chapo 701”, haciendo alusión al lugar en que la revista Forbes ubicó a su padre en la lista de los hombres más ricos del mundo. Ella fue arrestada en 2012 por el gobierno americano cuando embarazada intentó cruzar la frontera con documentos falsos y estuvo dos meses en prisión y fue deportada a México.
La empresa tiene un sitio web público y cuenta de Facebook. Tiene su sede en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, y vende sus productos en línea a un club selecto, como los que integran un cartel, que solo puede adquirir la mercancía si compra una membresía. Por ejemplo, uno de los artículos en venta es un cinturón de cuero “edición especial” con bordados de hilo de plata a un precio de 770 dólares, o una cartera bordada con hilo de plata en 180 dólares. Una camiseta para dama con el rostro abstracto de Guzmán Loera. Algunos de los productos ya están agotados.
“Nacido en las montañas de las tunas. Humilde vendedor de naranjas con muchas metas y gran ambición. Orgulloso de sus raíces, amigo de todos, líder dispuesto, atento y siempre presente para su gente. De fuertes aspiraciones e ideales. Valiente, carismático, de honor….”, así dice la publicidad con la que su hija pretende ahora explotar la figura criminal de su padre.
“El poder del Cartel de Sinaloa, de El Chapo, como el de cualquier otro grupo criminal, es el poder económico, con el cual pueden hacer su comercio ilegal, pueden corromper autoridades y pueden financiar sus guerras. Es un poder impersonal que va más allá de la figura del capo. No sólo basta procesar a los individuos sino también su poder económico”, señala Scarpinato.