Estados Unidos y China acordaron en Buenos Aires que no habrá nuevos aranceles para sus productos a partir del 1 de enero, tras una “muy buena” reunión este sábado entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping en la que aliviaron su “guerra comercial”.
El China Daily y la cadena internacional CGTN indicaron que ambos presidentes acordaron frenar la imposición de aranceles “después del 1 de enero”, fecha en que Washington tenía previsto establecer más tasas por 200.000 millones de dólares.
La cita ocurrió al margen de la cumbre del G20, que culminó con graves divisiones por “problemas” en el comercio y clima.
La reunión entre Trump y Xi “transcurrió muy bien”, dijo Larry Kudlow, el principal asesor económico de la Casa Blanca, al finalizar la cena entre los mandatarios en el hotel céntrico donde Trump se alojó en la capital argentina.
Pekín y Washington están inmersos en una “guerra comercial” potencialmente devastadora para la economía mundial, según los expertos.
“Todos sabemos que estamos indirectamente impactados por el hecho de que las relaciones sino-estadounidenses no son lo buenas que el orden mundial requiere”, destacó la canciller alemana Angela Merkel, al inicio de la cena.
Y justamente el comunicado final de los líderes de las 20 principales economías del mundo evocó los “problemas en el comercio” sin condenar el proteccionismo, el asunto más espinoso en el conflicto entre Estados Unidos y China.
De no revertir esta situación, habrá consecuencias en la economía mundial, según advirtió la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Tenemos la “necesidad urgente de suavizar las tensiones comerciales”, destacó.
El FMI advirtió que a corto plazo si continúan las restricciones al comercio, el PIB mundial podría sufrir una reducción de 0,75% para 2020.
La llamada “guerra comercial” se inició cuando Trump impuso aranceles punitivos a importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares anuales. La medida provocó represalias de Pekín a 110.000 millones de bienes procedentes de Estados Unidos.
Washington acusa a Pekín de prácticas desleales, mientras que el gigante asiático reprocha a la primera economía mundial que predica el “unilateralismo”, el “proteccionismo” y la “hegemonía económica”.
La próxima batería de medidas estaba prevista para el 1° de enero, a partir de cuando Trump anunció un aumento de los aranceles a las importaciones chinas por más de 200.000 millones, lo que prácticamente abarcaría todo lo que China le vende a Estados Unidos.