La guerra comercial entre Estados Unidos (EEUU) y la Unión Europea (EU) llegó a su fin la tarde de este miércoles tras una reunión entre el presidente Donald Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
En una conferencia, Juncker dijo haber “cerrado un acuerdo” con Trump, mientras que el mandatario prometió “resolver” los polémicos y millonarios aranceles al acero y el aluminio.
El bloque europeo, además, aumentará “inmediatamente” las compras de soya a EEUU, según detalló Trump ante la prensa, quien anunció “una nueva fase” en las relaciones entre ambas partes.
En un comunicado, los socios comerciales, hasta ahora enemistados, limaron asperezas y ratificaron que su relación no solo es importate, sino que debe ser fortalecida y continuar en el tiempo.
“Nos reunimos en Washington para lanzar (…) una nueva fase de amistad cercana, de relaciones comerciales fuertes en las cuales ambos ganaremos, de mejor trabajo para la seguridad mundial y prosperidad y de pelear conjuntamente contra el terrorismo”, partió la declaración.
“Por eso es que acordamos hoy, primero que todo, a trabajar juntos para lograr cero aranceles, cero barreras no arancelarias y cero subsidios a los bienes industriales no automotrices”, añadieron en el escrito.
Además, trabajarán para reducir las barreras e incrementar el comercio en servicios, químicos, farmaceúticos, productos médicos y soya, medida con la cual, aseguraron, se abrirán mercados para “granjeros y trabajadores, incrementará la inversión y llevará a mayor prosperidad” tanto al bloque como a la nación de Trump.
En segundo y tercer lugar, también coincidieron en reforzar su trabajo en energía y simplificar la forma en la cual se comercializan productos.
En cuanto al primer punto, la UE dijo “querer importar más gas natural licuado desde Estados Unidos para diversificar su matriz”. Para el segundo, señalaron que pretenden “reducir los obstáculos burocráticos y bajar costos”.
Dentro de los otros puntos a los cuales se llegó a acuerdo se encuentran el proteger a sus compañías de “prácticas comerciales injustas a nivel mundial”, por lo que buscarán reformar la Organización Mundial de Comercio.
Para lograr todo lo anterior, revelaron que establecieron un grupo ejecutivo de trabajo con sus consejeros más cercanos y prometieron no ir en contra del espíruto del acuerdo suscrito, a menos que una de las partes “termine las negociaciones”.