Por favor, envíen ayuda. Están diciendo cosas que no son verdad. Me están agarrando y no me dejan caminar”.

Esta era la súplica que apenas vociferaba Aaron Schlossberg en las afueras de su vivienda en Manhattan, donde lo esperaban un grupo de reporteros. Entre ellos estaba uno del New York Post, el más incisivo a la hora de hacerle toda una serie de preguntas, como: “¿cuándo te volviste tan racista?” u otras que en el intento de escape del abogado, trataban de averiguar si cubría su rostro ante la vergüenza por haber tratado mal a trabajadores de un restaurante por hablar español a sus clientes.

Personas que presenciaron el momento incómodo para Schlossberg se mezclaban entre los reporteros, para grabar con sus celulares y de paso preguntar al abogado si podían hablar español en su presencia. Formaba parte de la ironía de un caso en el que los papeles quedaron totalmente invertidos contra el profesional que decía a cada momento sentirse acosado. Los reporteros en el lugar le repetían que solo buscaban una respuesta de su proceder contra una comunidad que ha sido ampliamente respaldada después del incidente.

En uno de los sitios en el que fue compartido el video de los reporteros acechando a Schlossberg, los comentarios mayoritarios venían de norteamericanos reprochando la conducta del abogado y, en algunas de las reacciones, revelaban datos personales del individuo como su número personal y dirección exacta de residencia.

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“Se habla español”

El abogado célebre a la inversa en EEUU y en buena parte del mundo, quedó al descubierto tras mostrar su cara más negativa de racismo en un estado donde la mezcla de idiomas y acentos forman parte ya de la cultura de Nueva York por razones históricas.

Presuntamente eso lo habría llevado a “odiar” el español pero también, en paralelo, a ofrecer en este idioma sus servicios como abogado de este estado tan productivo en materia de leyes migratorias, dado el target presente en una comunidad desesperada por ser representada legalmente.

Schlossberg lo sabía y por lo tanto colocó su ofrecimiento de representación tanto en español, como francés y hasta en hebreo, desatando la indignación de todas las comunidades al descubrir este doble estándar de opiniones en cuanto al idioma que debe hablarse en su país, conveniente cuando haces negocios, pero inconveniente cuando quieres ser tratado como un americano de pura raza y sin otra lengua que no sea la suya.

De hecho en el nuevo video donde es perseguido como celebridad por un paparazzi, uno de los reporteros le pregunta, en inglés, tal como él lo exigía 48 horas antes, si no le importaba recibir dinero de personas que hablaban en español, en una clara referencia a los servicios que ofrecía en la lengua por la que mostró su desprecio y que ahora lo tiene en el ojo de la tormenta racista.

www.aaronschlossberglaw.com
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Colecta para enviar un Mariachi a Schlossberg

El rechazo por Schlossberg alcanzó un tinte picaresco característico de la comunidad latina en Nueva York. De la mano del sitio web GoFundme, la meta era recolectar 500 dólares ó 319.000 pesos chilenos, pero el entusiasmo por enviar a los músicos hasta Aaron fue tal que la meta se duplicó en cuestión de horas y tuvieron que cerrar las donaciones porque los fondos, como la indignación, alcanzaron un punto álgido.

La idea de la tocata en la que el tema principal será La Cucaracha tiene un potente mensaje contra el abogado, dado que el tema reza entre sus estrofas “La Cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar… porque no tiene, porque le falta, las dos patitas de atrás”…

El asunto se vuelve hasta poético tras el momento vivido por el abogado y la irritación desatada, ya que la canción tiene otra estrofa que ejemplifica ese contexto: “Una vez la cucaracha, se metió en un hormiguero y las pícaras hormigas las patitas le comieron”.

Es una metáfora que solo el abogado puede comprender en carne propia luego de sus arriesgados dichos en momentos en que internet figura como una tribuna social que puede llevar a una persona o más, a la gloria, o hasta un mariachi para “funar” musicalmente al objetivo con un tema como La Cucaracha, dependiendo el contexto o falta cometida.

¿Licencia a punto de ser suspendida?

El congresista Adriano Espaillat y el presidente del condado de El Bronx, Rubén Díaz Junior, fueron más allá de las críticas en redes sociales y presentaron un escrito ante el comité disciplinario del Sistema Unificado de Tribunales del Estado de Nueva York, con miras a revocar su licencia para ejercer, dada la conducta presentada por el profesional. Esto tras asegurar que “el racismo y el odio no tienen cabida en el estado de Nueva York y ciertamente no tienen cabida en nuestro sistema judicial”.

La iniciativa, replicada por medios locales e internacionales, recoge además una nueva crítica hacia el líder estadounidense Donald Trump. Espaillat y Díaz, dijeron que el racismo, el odio y el ataque a los inmigrantes, impulsados por el mandatario desde la Casa Blanca, no tienen ni tendrán cabida en una ciudad santuario y cobija de inmigrantes de todas las razas del mundo, que confluyen para ayudar a mantener el estado, el que ellos también han construido con sus aportes.

Para Schlossberg, en el transcurso de una semana, todo se ha transformado en pérdida, esto luego que el sitio viral BuzzFeed consignara que Corporate Suites, la empresa que administra el centro de oficinas en la que el abogado laboraba, decidió revocar su contrato de arrendamiento. Su presidente, Hayim Grant, dijo en un comunicado también enviado a The New York Post “Consideramos que las declaraciones del señor Schlossberg son ofensivas y contrarias a las normas de nuestra comunidad”.

Otros episodios de Schlossberg que enviaron señales

Isaac Saul | A Plus
Isaac Saul | A Plus

No es la primera vez que este abogado mostraba su rechazo a minorías raciales. Hace un año, el editor columnista del sitio A Plus grabó al abogado en una protesta en la que gritaba junto a un grupo de israelitas a un rabino, acusándolo de no ser judío. Este último generó el rechazo de los presentes, incluido Schlossberg, al asistir a la ponencia de una activista palestina estadounidense, a la que acusaban de ser antisemita por sus opiniones de las políticas de Israel hacia los palestinos.

En 2016, otro exabrupto del abogado newyorkino: Willy Morris, ciudadano estadounidense que transitaba por las calles de ese estado, lo grabó insultándolo con furia por el hecho de haber tropezado accidentalmente con él. En medio del registro videográfico mostrado por la cadena Univisión, el abogado Schlossberg preguntaba a Morris cuál era su nacionalidad para luego acusarlo de no ser ciudadano estadounidense y amenazarlo con llamar a la policia. “Eres un maldito extranjero”, le aseguró.

Son registros que forman parte de los antecedentes mostrados por Schlossberg, por los cuales ahora su carrera como abogado, penden de un hilo.