El presidente estadounidense Donald Trump anunció ayer miércoles que las Fuerzas Armadas ya no aceptarán ni permitirán el servicio de personas transgénero, a raíz del “tremendo costo médico y los trastornos” que representan.
“Nuestros militares deben estar concentrados en una victoria decisiva y aplastante, y no pueden cargar con el peso del tremendo costo médico y los trastornos que las personas transgénero representarían”, justificó el presidente en su cuenta en Twitter.
Si bien Trump no entregó cifras para apoyar la decisión, un estudio encargado el año pasado por el Departamento de Defensa entrega estimación de los costos médicos relacionados a los miembros transexuales del Ejército estadounidense.
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En concreto, el reporte sostiene que los tratamientos cuestan entre 2,4 (1.500 millones de pesos) y 8,4 millones de dólares anuales (5.400 millones de pesos). Eso sí, de acuerdo a Washington Post, el estudio no incluyó a los reservistas, jubilados ni miembros de la familia militar.
Como sea, las cifras de Military Times revelaron que, por el contrario, el gasto militar total en medicinas para la disfunción eréctil alcanza los 84 millones de dólares anuales: 10 veces más que el gasto para la transición para los miembros en servicio transgénero.
En particular, las Fuerzas Armadas de EEUU gastan 41.6 millones de dólares anuales sólo en Viagra, lo que equivale a 5 veces más que el ítem cuestionado por Trump.
Mirado otra manera, la estimación equivale a menos de una décima parte del precio de un nuevo avión de combate F-35. O bien, un milésimo del 1% del presupuesto anual del Departamento de Defensa.