Donald Trump realizará un acto público este sábado en Florida, retomando el modo campaña, para reconectar con sus bases fuera de Washington tras un tormentoso primer mes de gobierno.
“Esperando el acto de Florida mañana (sábado). Se espera una gran multitud!”, tuiteó el presidente estadounidense en la noche del viernes sobre el acto que tendrá lugar en Orlando.
Tras una quejosa conferencia de prensa el jueves que planteó interrogantes sobre su temperamento, el magnate regresa a sus bases y a se atiene al libreto.
El viernes estuvo en una fábrica de Boeing, donde “celebró” los empleos estadounidenses, uno de los temas que machacó durante la campaña electoral que lo catapultó a la Casa Blanca.
“Mantra”
“Estamos aquí hoy para celebrar la ingeniería estadounidense y la fabricación estadounidense. Y también (…) para celebrar los empleos”, lanzó un sonriente Trump delante de una multitud entusiasmada que gritaba “Estados Unidos, Estados Unidos” en un inmenso hangar del constructor aeronáutico en Charleston, Carolina del Sur (sudeste).
“Que Dios bendiga a Estados Unidos y que Dios bendiga a Boeing”, concluyó en el discurso en el que reiteró promesas de su campaña: sanciones contra las empresas que trasladen los puestos al extranjero y reducción de impuestos.
Boeing emplea a 7.500 personas en Carolina del Sur y genera 100.000 empleos indirectos en la región.
“Este es nuestro mantra: compren productos estadounidenses, y contraten estadounidense. Queremos productos estadounidenses hechos por manos estadounidenses”, lanzó Trump desde un estrado instalado delante de un avión del nuevo modelo, el 787 Dreamliner.
Desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente multiplicó los anuncios de empleos flanqueado por directores de empresas.
El grupo de asesoría y servicios informáticos Accenture incluso dijo el viernes que quería crear “15.000 nuevos puestos altamente calificados” en Estados Unidos para fines de 2020.
Pese a que el país registra una baja tasa de desempleo de apenas 5% y los salarios han aumentado en forma constante, una mezcla de desindustrialización, efectos de la globalización y automatización ha golpeado a sectores de la sociedad.
Tormentoso primer mes
El primer mes de Trump en la Casa Blanca estuvo marcado por una pobre gestión y varios escándalos: millones de personas en las calles al día siguiente de su investidura, el bloqueo judicial de su decreto antiinmigración, y las revelaciones de contactos repetidos entre sus allegados y altos responsables rusos, que forzaron la renuncia de su consejero a la seguridad nacional, Michael Flynn.
Este último caso llevó a que el mandatario lanzara una nueva diatriba contra los medios.
Poco después de aterrizar el viernes en Florida, donde pasa su tercer fin de semana seguido en su lujosa residencia de Mar-a-Lago, Trumpo recurrió a Twitter, su plataforma de comunicación preferida, para atacar a los medios.
“Los MEDIOS MENTIROSOS (@nytimes en dificultad, @NBCNews, @ABC, @CBS, @CNN) no son mis enemigos, son los enemigos de los estadounidenses”, escribió en Twitter, retomando la expresión en inglés “fake news media” que, a fuerza de reiteración, ha hecho carne en el lenguaje corriente del país.
No es extraño que los mandatarios critiquen a los medios, pero la virulencia de los reproches de Trump no tiene precedentes.
El republicano hizo de las críticas contra los periodistas “parciales” y “deshonestos” un punto crucial de su campaña, y sus partidarios abucheaban a los periodistas en los actos de campaña.
También había regañado el jueves a la prensa durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
“Estoy aquí para hacer pasar mi mensaje directamente al pueblo (…) porque muchos periodistas de nuestro país no les dirán la verdad y no tratarán a las gentes formidables de este país con el respeto que merecen”, dijo y aludió al “nivel de deshonestidad (de los medios) fuera de control”.