Un soldado estadounidense murió este martes en una operación contra los talibanes cerca de Lashkar Gah, la capital de la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, anunció la Otan.
“Un soldado estadounidense murió a causa de sus heridas tras una operación cerca de Lashkar Gah en Helmand”, dijo la coalición, que precisó que otro militar estadounidense y seis afganos resultaron heridos.
Un ingenio explosivo fue activado al paso de su patrulla, precisó la OTAN.
Esta muerte se produjo tras el anuncio, el lunes por parte de la Alianza Atlántica, del despliegue de un centenar de soldados estadounidenses en Lashkar Gah, el primero de esta amplitud en esta ciudad del sur del país tras la retirada de las tropas extranjeras en 2014.
Los combates se han intensificado recientemente en Helmand, provincia que representa el 80% de la producción mundial de opio. La llegada de los insurgentes a algunos kilómetros de Lashkar Gah hizo temer a las autoridades afganas de que esa ciudad, con 200.000 habitantes, acabara cayendo en sus manos.
“No pensamos que Lashkar Gah esté a punto de caer”, había estimado el lunes Charles Cleveland, portavoz de las fuerzas de la OTAN dirigidas por los estadounidenses en Afganistán.
Además, había agregado que el despliegue de soldados estadounidenses representaba “un esfuerzo temporal” para entrenar y aconsejar a las fuerzas afganas. El militar rechazó precisar cuánto tiempo está previsto que dure esta misión.
Las autoridades afganas saludaron este martes esta ayuda. “Tenemos suficientes tropas afganas sobre el terreno en Helmand, pero éstas tienen necesidad de apoyo y entrenamiento de parte de nuestros socios internacionales”, declaró el portavoz del ministerio de Defensa, Mohamad Radmanesh.
A pesar de este apoyo, que incluye ataques aéreos estadounidenses, el gobierno afgano no ha logrado imponerse en Helmand, donde los talibanes ocupan numerosos lugares y controlan campos de amapola.
Esto tiene lugar en momentos en que los talibanes refuerzan su ofensiva en las cercanías de Kunduz. El domingo, las fuerzas de seguridad afganas reconquistaron un distrito que había caído brevemente en manos de los talibanes cerca de Kunduz, pero los civiles continuaban huyendo del lugar por temor a los combates.