Cerca de las 2 de la mañana hora local, tuvo lugar una de las peores masacres que se han registrado en Estados Unidos. Omar Mateen, ciudadano estadounidense de origen afgano y declarado homofóbico, se dirigió al club “Pulse”, discoteque “gay” de la ciudad de Orlando en la cual, tras un tiroteo, mató a 50 personas, mientras cerca de 53 permanecen heridas de diversa gravedad.

El gobernador de Florida, Rick Scott, dijo que el hecho de que “alguien se lance ahí dentro y dispare activamente robando esa cantidad (de vidas) se trata de un claro acto terrorista” mientras confirmó que el atacante murió en un intercambio de disparos con la policía.

Se espera que en los próximos minutos el presidente estadounidense, Barack Obama, entregue un pronunciamiento sobre este caso que fue catalogado por los medios nacionales como el mayor ataque del que Estados Unidos tenga memoria en los últimos años.

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