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Anura Kumara Dissanayake, líder marxista, fue investido como presidente de Sri Lanka este lunes, tras salir victorioso en las elecciones con más del 42% de los votos. Dissanayake promete fortalecer la democracia y enfrenta el desafío de estabilizar la economía del país. Parte de la población teme por su pasado en el JVP, grupo involucrado en revueltas armadas. Su Gobierno interino enfrentará la falta de representación en el Parlamento, lo que complicará su labor hasta nuevas elecciones.

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El líder marxista Anura Kumara Dissanayake, que salió el domingo vencedor de las elecciones presidenciales de Sri Lanka celebradas el fin de semana, fue investido este lunes presidente de la nación insular en una ceremonia celebrada en la Secretaría Presidencial en Colombo.

Dissanayake, de 55 años y candidato de la coalición Poder Popular Nacional (NPP), se impuso en los comicios con 5.740.179 votos, que suponen más del 42% de los sufragios emitidos.

El líder marxista remplaza como presidente a Ranil Wickremesinghe, que llegó al poder en 2022 tras la revuelta civil que vivió la isla por la severa crisis económica. Wickremesinghe propició la caída del entonces jefe de Estado Gotabaya Rajapaksa, a quien la población culpó por su mala gestión de la economía.

“La democracia no termina con la elección de un gobernante. También es necesario fortalecer las estructuras administrativas y jurídicas. Me comprometo con la democracia“, dijo Dissanayake durante su primer discurso como jefe de Estado esrilanqués.

Elecciones presidenciales en Sri Lanka: el triunfo de Anura Kumara Dissanayake

El segundo candidato más votado en las elecciones fue Sajith Premadasa candidato del opositor Samagi Jana Balawegaya (SJB), y que recibió el 32,76% de los votos. Wickremesinghe, que se presentó a la reelección, terminó en tercer lugar con el 17% de los sufragios.

Dissanayake es considerado un cambio de aires en la política esrilanquesa. Llegó al poder con promesas como acabar con la corrupción, bajar los impuestos y renegociar un préstamo de casi 3.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), que conllevó una serie de reformas económicas que generaron malestar en la población.

Su mayor desafío como presidente será estabilizar la economía de Sri Lanka, que atraviesa una severa crisis en los últimos años.

El nuevo presidente es también el líder de la formación marxista Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), que formó parte del NPP en los comicios.

Esto despierta el temor de parte de la población, ya que el JVP encabezó dos revueltas armadas contra el Gobierno en las décadas de 1970 y 1980, en las que murieron al menos 60.000 personas, según estimaciones.

Una de las primeras tareas de Dissanayake será nombrar un Gobierno interino, después de que el hasta ahora primer ministro esrilanqués, Dinesh Gunawardena, anunciara su renuncia instantes antes de la toma de posesión del líder marxista.

Gunawardena fue nombrado como primer ministro por Wicremesinghe en 2022.

Sin embargo, el NPP apenas cuenta con tres representantes en el Parlamento esrilanqués, de 225 escaños, lo que dificultará de sobremanera la maniobrabilidad de Dissanayake hasta la convocatoria de nuevos comicios.