Un informe preliminar realizado tras el análisis de las cajas negras del vuelo de Singapore Airlines, que experimentó fuertes turbulencias mientras cubría la ruta de Londres y Singapur, reveló cómo fue el brusco descenso que dejó un muerto y setenta heridos.
A través de un comunicado, el ministerio de Transporte de Singapur informó que la Oficina de Investigación de Seguridad del Transporte (TSIB) del país asiático extrajo los datos almacenados en el registrador de datos de vuelo (FDR) y el registrador de voz de cabina (CVR) del vuelo SQ321.
Lo anterior permitió al equipo de investigación compilar una cronología de eventos basada en el análisis preliminar de la información obtenida, detallando que tras un despegue normal, el avión entró en una zona de turbulencias cuando sobrevolaba sobre el sur de Myanmar.
Mientras intentaban controlar la velocidad y altitud de la aeronave, los pilotos activaron la señal de “abrocharse los cinturones”.
Fue en ese momento en que el avión experimentó un cambio “rápido en la fuerza gravitacional”, generando que “los pasajeros que no tenían el cinturón abrochado salieran despedidos”.
“Los rápidos cambios en la fuerza gravitacional durante 4,6 segundos de duración dieron como resultado una pérdida de altitud de 54 metros”, precisó el ministerio de Transporte de Singapur.
“Esta secuencia de eventos probablemente causó las lesiones a la tripulación y a los pasajeros”, detalló.
Luego que la tripulación de cabina informara a los pilotos que había pasajeros heridos en la cabina, se tomó la decisión de desviar el vuelo al aeropuerto de Suvarnabhumi en Bangkok, Tailandia.
“Camino a Bangkok, los pilotos solicitaron servicios médicos para recibir al avión a su llegada”, señaló el informe.
Cabe señalar que las indagaciones aún están en desarrollo por parte del equipo de investigación en el que participan, entre otros, la Administración Federal de Aviación de EE.UU (FAA) y Boeing.
Medios internacionales como The New York Times consignan que más de 70 personas han recibido atención por lesiones durante el viaje.
El aparato, un Boeing 777-300 ER, había despegado del aeropuerto londinense de Heathrow con destino a Singapur la noche del lunes 20 de mayo con 211 pasajeros y 18 tripulantes.
En medio de las fuertes turbulencias, un ciudadano británico de 73 falleció por un ataque cardíaco. “Singapore Airlines ofrece su más sentido pésame a la familia del fallecido”, indicó la aerolínea en un comunicado.