Este sábado Taiwán vivirá un proceso clave en el devenir de la isla, con unas elecciones presidenciales que tendrán consecuencias incluso más allá de sus fronteras.
Los comicios en la isla autogobernada, que China considera parte de su territorio, tendrán como protagonistas a tres candidatos que buscarán suceder a la actual mandataria, Tsai Ing-wen.
Uno de los favoritos es Lai Ching-te, del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), quien se enfrentará a Hou Yu-ih, del Kuomintang (KMT); y Ko Wen-je, del Partido Popular de Taiwán (PPT).
Todos han concluido sus campañas bajo la atenta mirada de China, gigante asiático que reclama a Taiwán como parte de su territorio. Por su parte, Estados Unidos es el principal proveedor de armas de la isla.
Y aunque Washington ha reiterado que no apoya la “independencia” taiwanesa, ha catalogado como “acciones provocadoras” las realizadas por China en el Estrecho y en el Mar Meridional.
Lo cierto es que Taiwán es uno de los principales puntos de fricción entre las dos superpotencias. Pese a que EE.UU ha buscado calmar las tensiones, en mayo pasado Joe Biden hizo una fuerte advertencia a China si es que intenta anexar “por la fuerza” Taiwán.
“Estados Unidos se ha comprometido a apoyar la postura de ‘una sola China’, pero eso no significa que China tenga la jurisdicción de usar la fuerza para tomar Taiwán”, mencionó el mandatario norteamericano durante una visita a Japón.
El Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán, en tanto, notificó el jueves pasado de la presencia de quince aviones de guerra chinos en las inmediaciones de la isla así como de cuatro barcos y tres globos.
Pedro Iacobelli, director del Instituto de Historia de la Universidad de los Andes, señaló a BioBioChile: “efectivamente las encuestan le dan ventaja al DPP y aparentemente la incógnita es sobre qué tan grande será el margen de su victoria”.
“El movimiento Girasol de estudiantes del 2014, marcó un quiebre entre la juventud y el entonces partido gobernante KMT. Al mismo tiempo la campaña del KMT apela constantemente al temor de la guerra (“eligan la paz o la guerra” declaró el candidato de la oposición), por lo que tampoco sintoniza con las preocupaciones de desarrollar un Taiwán más próspero e independiente que es lo que buscan grupos educados y jóvenes”, agregó.
Expertos plantean que los años de tensión y presión por parte de Pkeín se podrían extender por cuatro años más ante una nueva victoria del partido que gobierna.
En ese sentido, Iacobelli coincide. “El DPP defiende la soberanía de Taiwán. China por su parte, reclama el cumplimiento de la política de una sola China. El antagonismo se acentúa en la medida que China quiera acelerar la imposición de su política en Taiwán”, sostiene.
Pese al temor que hay respecto a un resultado que eventualmente lleve a un enfrentamiento mayor entre Estados Unidos y China, el especialista opta por poner paños fríos, indicando que lo ve como “poco probable”.
“Estados Unidos tiene un acuerdo militar con Taiwán muy importante, además de tener desplegada su flota en el este de Asia”, puntualizó.
“Al mismo tiempo, la alianza de Estados Unidos con Australia y Nueva Zelanda tiene como razón de ser la expansión de China. Es decir, un avance hipotético de China sobre Taiwán, sería fuertemente respondido por Taiwán mismo y sus aliados regionales”, planteó.
Se trata de un escenario, explicó el académico, que todas las partes quieren evitar. Por otro lado, añade, el costo económico de una guerra afectaría a la economía global, incluyendo a la china y norteamericana, siendo otro escenario que se quiere evitar.
Vale recordar que el presidente chino Xi Jinping ha insistido que “la reunificación es inevitable”, aludiendo a Taiwán. “El anhelo chino está definido en una política oficial del estado chino. Eso no se ve que pueda cambiar en el mediano plazo”, sostiene Iacobelli.
“Pero, a diferencia del caso de Hong Kong, en donde el territorio no contaba con una independencia y autonomía completa, lo que permitió que China sobrepasara los acuerdos de 1997 para -de facto- acelerar la reunificación, Taiwán tiene una democracia robusta sin la tutela de Pekín y alianzas militares con potencias occidentales”, mencionó.
“El anhelo continuará en los oficiales chinos, pero la palabra la tiene el pueblo taiwanés”, concluyó.