Corea del Norte “sigue muy de cerca” todos estos movimientos y “está siempre en un estado de preparación” para tomar acciones “rápidas y abrumadoras”, señaló la hermana del líder Kim Jong-un, Kim Yo-jong, una de las principales figuras de la propaganda del régimen.
También advirtió de que cualquier intento por parte de Estados Unidos de interceptar uno de sus ensayos de misiles sería considerado “una declaración de guerra”, ya que esos test “se llevan a cabo sin perjuicio para la seguridad de los países vecinos y en aguas y espacio aéreo abiertos que no pertenecen a jurisdicción estadounidense”.
Las maniobras de la víspera de Seúl y Washington se realizaron sobre el mar Amarillo (llamado mar del Oeste en las dos Coreas) y en ellas participaron un bombardero estratégico B-52 estadounidense y cazas surcoreanos F-15 y F16, según informó el Ministerio de Defensa Nacional del país asiático en un comunicado.
Estos ejercicios llegan días antes de que arranquen las maniobras de primavera Freedom shield, que se celebran del 13 al 23 de marzo.
En febrero, Pionyang ya advirtió de que, si EEUU sigue ejerciendo la llamada “disuasión extendida” y mantiene su plan de celebrar este mes grandes maniobras militares con Corea del Sur, el régimen podría considerar estas acciones como una “declaración de guerra”.
La llamada disuasión ampliada o extendida es un compromiso adquirido el pasado mayo por Washington con Seúl que consiste en el envío de activos estratégicos estadounidenses a la península coreana en función de las acciones del régimen norteño.
La península vive un nivel histórico de tensión después de un 2022 en el que Pionyang, que ha rechazado ofertas para retornar al diálogo, realizó un número récord de pruebas de armas y en el que los aliados volvieron a realizar grandes maniobras y a ejercitar esa disuasión ampliada.