Más de 800 personas han muerto desde junio en Pakistán debido a las intensas lluvias monzónicas, una “catástrofe de magnitud inédita”, según la ministra del Cambio climático, que recurrirá a la ayuda internacional.
El monzón, que suele durar de junio a septiembre, es esencial para el riego de las plantaciones y la reposición de los recursos hídricos del subcontinente indio. Pero también aporta su lote de dramas y destrucciones.
Intensas lluvias azotaron gran parte del país en las últimas 24 horas, dejando al menos una docena de muertos, entre ellos nueve niños, según las autoridades.
El gobierno va a lanzar un llamado a la ayuda internacional, declaró el miércoles la ministra del Cambio climático, Sherry Rehman.
“Dada la magnitud de la catástrofe, ni las provincias ni siquiera Islamabad, pueden afrontar solas este desastre climático”, dijo a la AFP, citando a “vidas en peligro” y “miles de personas sin techo”.
Pakistán es particularmente vulnerable al cambio climático. Figura en la octava posición de los países más amenazados por los fenómenos meteorológicos extremos, según un estudio de la ONG Germanwatch.
A principios de año, gran parte de Pakistán sufrió además de las lluvias, una intensa ola de calor, con hasta 51 grados Celsius registrado en Jacobabad, en la provincia de Sindh.
Durante la época del monzón en el sur de Asia -de junio a septiembre-, los corrimientos de tierra y las inundaciones son habituales y, además de víctimas, se producen importantes daños materiales.